Desde la II Guerra Mundial, la empresa estadounidense Motorola desarrolló los radioteléfonos, es decir, los primeros teléfonos móviles. El famoso walkie-talkie (habla mientras caminas) fue un avance extraordinario. En 1954, Humphrey Bogart apareció en la película Sabrina, hablando por teléfono desde su limusina. El teléfono móvil se popularizó en los automóviles de gente acomodada en Estados Unidos, desde 1960. The Beatles, ingleses, tenían teléfono en su auto estadounidense Lincoln Continental. Esos eran los verdaderos teléfonos móviles o inalámbricos, que usaban ondas de radio –algo ya conocido– para comunicarse.
En 1973, Motorola de Estados Unidos inventó un teléfono portátil diferente, que se transmitía por antenas repetidoras o células que formaban una red. Como estos se diferenciaban radicalmente de los anteriores teléfonos móviles (mobile phones), los estadounidenses los llamaron celular phones. Asia Oriental y Escandinavia entraron en el negocio y los perfeccionaron. El Motorola Dyna TAC, comercializado en 1983, pesaba 2.000 gramos, medía 30 cm de largo, costaba $ 4.000 y su batería recargable duraba una hora. Hoy, el celular phone más barato mide 10 cm de largo, pesa 100 gramos, su batería dura todo el día y cuesta unos $ 40.
Obviamente, en Hispanoamérica llamamos al nuevo invento teléfono celular o simplemente celular. ¿Qué pasó en Europa? Los británicos, posiblemente porque pocos (The Beatles y James Bond) tenían el anterior teléfono móvil para automóviles, bautizaron al invento estadounidense como mobile phone. Los demás europeos, quizá por el prejuicio de considerar como inglés puro al de Inglaterra, adoptaron la denominación.
El término móvil no solo parece referirse al teléfono para automóviles, también nos suena al teléfono convencional inalámbrico. Obviamente, en España llaman teléfono móvil a nuestro teléfono celular. Bueno, que los españoles sigan hablando con sus móviles, mientras no nos falten celulares en Hispanoamérica. (O)
