Desear que el turismo en Ecuador vaya a convertirse en nuestra primera fuente de sus ingresos económicos es un deseo de todos; pero los pasos que debemos seguir para lograrlo, necesariamente deben venir de la propuesta gubernamental, pues poco es el espacio que tenemos los actores privados.
El Mintur hace los esfuerzos que le da su cada vez más limitada capacidad, en especial su tarea de control se ha reducido sustancialmente y en tanto no tengamos una legislación turística actualizada, el pirateo y el deterioro de los servicios seguirá.
Pero un nuevo andamiaje legal involucra también reformar leyes de otros ministerios, como el de Agricultura, para que los campesinos aprendan a procesar su producción y nos provean de suvenires gastronómicos y tornen exportable nuestra gastronomía, lo que significa reformar las leyes de Comercio Exterior.
Procesar y empaquetar esa producción con nuestros logos y marcas involucra pequeña maquinaria que requerimos importar o mejor construir, por lo que el Ministerio de Industrias y el Coordinador de la Producción deben intervenir, motivando el uso de ahumadores, deshidratadores, empacado al vacío y demás técnicas que permitan la preservación y presentación de alimentos, listos para ser recuerdos que los turistas llevarán para compartir sus experiencias en Ecuador con sus familias. Salud deberá reformar sus leyes para obtener registros sanitarios más eficientes.
El enlace entre campesinos y servidores turísticos implica la intervención del MIES y el Ministerio de Cultura deberá dar el agregado intangible a nuestros “nuevos” productos, en tanto el de Educación deberá promover campañas para recordar las técnicas ancestrales de procesamiento de alimentos.
Los canales incautados, el uno tiene que convertirse en un medio turístico en su totalidad, enganchado al satélite, donde se pasen los miles de videos turísticos que guardan polvo en los municipios y realice programación turística de verdad; en tanto que el otro canal tiene que ser un medio de capacitación las 24 horas, donde enseñemos desde a herrar un caballo hasta hacer balanceado para cerdos o cómo arreglar un hidromasaje; sólo así tendremos un país capacitado en las necesidades no sólo turísticas, sino que le daremos calidad de vida y nuevas opciones de negocios a todo ecuatoriano, no importa lo lejano que viva.
En fin, convertirnos en un país turístico es un largo y complejo proceso que únicamente arrancará con un ministerio coordinador que vea y vaya más allá del mercado y la publicidad.
