¡Que nadie se atreva a sostener que Alexis Mera es inocente si no han leído el expediente! ¡Que nadie se atreva a sostener que Alexis Mera es culpable si no han leído el expediente! La culpabilidad o inocencia de una persona es el resultado de la práctica probatoria. Lo que la gente crea, piense, quiera, añore, es irrelevante.
No pierda el tiempo en atacar a los jueces que lo liberaron porque usted odia a Alexis Mera. No pierda el tiempo en alabar a los jueces que lo liberaron por usted ama a Alexis Mera. Aquí manda la verdad procesal, aquí impera la ciencia y jamás sus opiniones personales.
Por eso, no pierdan su tiempo en sentimentalismos y concéntrense en lo que importa: en la impermutabilidad de las instituciones jurídicas, las cuales no están en subasta, no son negociables y deben respetarse tanto cuando perjudican a nuestros amigos como cuando benefician a nuestros enemigos.
No conozco el caso Arroz Verde (nunca he leído el expediente), por eso no puedo sostener que la prisión preventiva de Alexis esté bien o mal dictada, pero algo conozco de Derecho Procesal Penal y les puedo asegurar lo siguiente: la prisión preventiva, conforme al Art. 537 del COIP, únicamente puede ser sustituida por arresto domiciliario en tres casos y solo en tres casos: 1. cuando la procesada está embarazada; 2. cuando el procesado es mayor de 65 años; y, 3. cuando el procesado tiene una enfermedad incurable en etapa terminal o enfermedad catastrófica que no le permita valerse por sí mismo. Y punto, las sábanas no dan para más.
Si a Alexis Mera le concedieron arresto domiciliario, entonces, obligatoriamente debe haberse comprobado en audiencia uno de estos 3 requisitos y, como no estuve presente (y siempre admitiendo que puedo estar equivocado), puedo deducir que: Alexis ha tenido útero y va a ser mamá próximamente; o, Alexis ya es de la tercera edad (los años no pasan en vano); o, Alexis está muriendo (lo cual no debe alegrarnos, pues es un ser humano, como usted o yo).
Si lo anterior es cierto (y entendí bien la noticia que leímos todos), los jueces que lo liberaron obraron correctamente y nada podemos reprocharles. Si lo anterior no se probó, entonces, bienvenidos sean todos a la mera mera justicia ecuatoriana, donde la corrupción es la enfermedad catastrófica del país y será, por ello, la enfermedad terminal de la Corte Nacional. (O)
