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El Telégrafo
Fernando Bustamante

Más sobre brujas

13 de enero de 2019 - 00:00

En días pasados, y en esta misma columna, se concluyó que el terror y repugnancia hacia la brujería, en las sociedades europeas tardomedievales; era la expresión de la reacción popular ante fenómenos nocivos que no hallaban explicación y para los cuales no existían medios eficaces de protección. Asimismo, se ha dicho que entre los símbolos negativos asociados a la brujería estaba la idea de que quienes la practicaban eran personas que habían “vendido” su alma al mal a cambio de obtener poderes para normales.

La persecución de las brujas era ante todo una causa popular y exigía perentoria respuesta de las autoridades. Esta persecución se apoyaba en un concepto de “debido” proceso muy extraño: contrariamente a lo que se procura que ocurra en las sociedades modernas; más que la búsqueda de evidencia lógica y material, los perseguidores se basaban en el escrutinio de “signos”, que permitiesen identificar a la maligna (el tratado definitivo de cacería de brujas, el Malleus Maleficarum de 1487, es una buena expresión de esto). De esta manera las signaturas obviaban lo que hoy en día reconoceríamos como debido proceso, y aunque de una extraña manera, eran una forma de procedimiento judicial.

Una pregunta que podríamos hacernos es en qué medida nuestra sociedad enfrenta los males “incontrolables” mediante secretas y no reconocidas prácticas colectivas, o mediante sentimientos que hallan raíces en la arcaica antropología de la cacería de brujas. Por ejemplo, nuestra forma de afrontar las desmesuras de los poderes “ocultos”, o nuestra forma de entender la búsqueda de la evidencia o nuestra tendencia a concebir la depuración de los males de la política más como “exorcismo” que como remedio racional e instrumental.

La ejecución de la bruja era un acto de purificación simbólica, y no tenía ningún efecto sobre las causas de la epidemia o de la mala cosecha; pero dejaba a la comunidad (transitoriamente) aliviada del terror que había desatado la cacería. (O)

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