El pasado 10 de octubre, en la UEES, se llevó a cabo el conversatorio “Subir o bajar impuestos para superar la crisis económica”, donde tres exrepresentantes de la cartera de Estado relativa a economía y finanzas del país expusieron a los asistentes sus posturas relacionadas al complicado momento económico del Ecuador, y alternativas para alcanzar crecimiento económico.
En dicha cita, don Carlos J. Emanuel recomendó que, ante el fenómeno de desaceleración económica, hay que tender hacia la reducción (por ejemplo, del IVA) y eliminación (invocando al ISD) de tributos, agregando la no existencia de impacto negativo en la recaudación fiscal debido al efecto “reducción, ergo, mayor contribución”.
Por su parte, don Marcos Flores explicó la tesis de contar con “impuestos mínimos”, pero dentro de un entorno económico saludable con propensión al crecimiento de modo sostenible. Mientras que don Francisco Swett planteó una cuestión que demandaría de meditación adicional: qué es lo más conveniente para la sociedad: o consumo y ahorro en la economía real, o mayor carga tributaria para aumentar ingreso fiscal.
Casi simultáneamente en el tiempo, el ministro de Economía, Richard Martínez, compareció ante la Comisión de Régimen Económico del Legislativo, prácticamente para brindar mayores detalles sobre los resultados obtenidos en la aplicación del plan económico gubernamental; él “(…) reconoció la desaceleración de la economía para el último trimestre del año”, conforme una nota recogida por diario EL TELÉGRAFO.
Hay que seguir trabajando para superar las dificultades económicas. Y allí entra la academia. La academia está para proponer mejoras a lo que se realiza adecuadamente y realizar señalamientos cuando inadecuadamente se dan pasos.
Desde el gobernante, ¿qué buscar en el discurso académico? Coincidencias y discrepancias. Las segundas permiten robustecer decisiones de política económica que persigan, como lo dijo el señor Swett, lo más conveniente prosociedad. (O)
