Ecuador, 19 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Juan José Panno

Los unos y los otros

20 de diciembre de 2018 - 00:00

Y de golpe empezaron a salir de las alcantarillas y las catacumbas los hinchas de Boca, esos que hasta ayer no se bancaban las cargadas y los memes, pero ahora dicen que todo es parte del folclor.

Exultantes, los bosteros hacen juegos de palabras, bromean con que a River lo eliminó Aladin, dicen que no alcanzó con el Ayudín del VAR en un gol mal anulado y un penal no cobrado, aseguran que “Loco” no es el Pity Martínez, que “Loco” hay uno solo, y es el que le hizo dos goles en cinco minutos al Real Madrid, preguntan como quien no quiere la cosa a qué hora se juega el partido por el tercer puesto, y recuerdan que la gran diferencia entre Al Ain y River es que el club árabe, fundado en el 68, nunca se fue al descenso.

Los hinchas de River se burlan a lo Benedetto, del modesto premio consuelo (subrayan la palabreja) que es para los boquenses el triunfo de otro. “Ganar el Mundial de Clubes es un título de cuarta, si se lo compara con la Copa Libertadores en una única y definitiva (subrayan la palabra) final”, dicen como contraataque que pretende cerrar cualquier discusión.

Los hinchas de Boca, los que vieron el partido y ahora son capaces de una miradita introspectiva, se dan cuenta de que hasta el ignoto Al Ain defendió mejor que el equipo de ellos el resultado cuando le tocó sostener un empate, y eso significa nuevas gotas de vinagre derramadas sobre todas las heridas. A los de Boca les llevará mucho tiempo reponerse del golpazo de Madrid.  

Los hinchas de River, insaciables, daban por descontado que llegarían a la final con el campeón de Europa y fantaseaban con una victoria ante el equipo que ya no tiene a Cristiano Ronaldo, y está lejos de sus momentos de gloria. Y les dolió perder por penales contra un rival menor que, además, venía de dos partidos en una semana.

En el balance de los 120 minutos fueron superiores, lamentan que no se concretaron las situaciones favorables y lloran porque hubo algo de mala suerte en los dos penales que casi saca Armani. Pero estas lágrimas se secan rápido, porque el recuerdo de la Libertadores está todavía muy fresco.

Podrán reprocharles a los jugadores que subestimaron un poco al rival, que jugaron demasiado relajados, que Enzo Pérez pateó el penal con displicencia, pero el reclamo no puede ir muy lejos porque lo mismo que les pasó a los jugadores les ocurrió a los hinchas: sintieron que el mundo se había detenido con la pitada en el partido del Bernabéu y lo que venía después era simplemente yapa. (O)

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media