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El Telégrafo
Mauricio Maldonado

Iguales en libertad

29 de octubre de 2019 - 00:00

La posición liberal que yo defiendo toma como punto de partida la tesis según la cual todos los ciudadanos deben gozar de una libertad igual. La idea de la “igual libertad”, incluso en Smith –más famoso por la teoría de la “mano invisible” que por su posición frente a los deberes del Estado en materia de salud y educación–, está atada al presupuesto de que la propia “lógica” del mercado, si ha de ser coherente con los supuestos liberales, debe tender a incorporar a algunas personas en situación de desventaja a su desarrollo.

En términos de la moderna teoría de la democracia liberal, se trata de la protección de algunas derechos sociales, de un ámbito que suele llamarse de “libertad social”.

La idea es que por mucho que se reconozca la igual libertad para todos, esa declaración es poca a efectos de la protección de ciertas personas tradicionalmente excluidas por sus condiciones personales, por su “suerte natural”: la familia en la que han nacido, las aptitudes que han heredado, etc. A un niño de un barrio periférico, cuya madre no ha tenido acceso a la atención médica adecuada, que sufra de desnutrición, no podrá –o le será sumamente difícil– “insertarse” en el ámbito del mercado. Como tampoco podrá ser igualmente libre frente a otros al momento de participar en la deliberación democrática. Su “libertad igual” será, en términos reales, una declaración de piadosos deseos.

Proteger algunos derechos sociales, entonces, tiene como fin proteger la libertad misma. No se trata de disminuir las opciones personales de los individuos, sino de ampliar su abanico de posibilidades, su libertad efectiva. Como decía Bobbio, una persona instruida es más libre que una persona ignorante, una persona sana es más libre que una persona enferma.

La igualdad de las modernas democracias liberales no se limita a la mera igualdad ante la ley, sino que consiste en el reconocimiento de que la sociedad no está hecha de individuos iguales, y que entonces hemos de buscar, en la medida de lo posible, garantizar iguales oportunidades a todos: iguales puntos de partida a partir de los que cada uno ha de desarrollar su propia libertad. (O)  

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