El Gobierno y la Asamblea enfrentarán problemas graves en 2013. Se requieren acciones coordinadas en función de los intereses del país. Es muy bueno que el Presidente y la mayoría legislativa coincidan con el proyecto político con fines patrióticos y no para liquidar la nación, como lo hacía el viejo poder.
En buena hora, como están las tendencias, Rafael Correa será reelecto con amplitud y será posible lograr una mayoría de asambleístas probados, leales y capaces, para aprobar leyes fundamentales y consolidar la Revolución Ciudadana.
La mayoría ciudadana en 8 ocasiones la ha respaldado. En febrero lo hará una vez más, a pesar de la cantaleta de la oligarquía, bancocracia, gran prensa y oposición partidocrática que obsecuentemente los defiende y que ahora, hipócritamente, esgrime la “independencia” de poderes como razón suprema de democracia y la “fiscalización” politiquera, sin reconocer que ella, en esencia, es voluntad mayoritaria del pueblo, su organización y participación en la administración y decisiones de Estado.
Olvidan las dictaduras que apoyaron, los golpes de Estado que ejecutaron, la política del “toma y daca” y el consecuente reparto de la “troncha” en sus gobiernos (ministerios, banca pública, embajadas; congresos (comisiones y nombramientos); el festín del petróleo, aduanas, con los que amasaron inmensas fortunas; el reparto de magistrados y cortes, los fraudes del Tribunal Supremo Electoral y otros, en su asqueroso maridaje.
Es correcto, más allá de Montesquieu, coordinar acciones, definir tácticas, para alcanzar objetivos, posibilitar políticas e instrumentar programas y proyectos de beneficio popular. Lo que reniega la oposición, apoyada por ciertos periodistas, dirigentes de gremios, grandes propietarios y malos banqueros, y sus pares del exterior, es justo lo que hay que hacer, cuanto mejor si se socializan contenidos y el pueblo organizado apoya.
Solo así se consolidarán las reformas, emprenderán otras y legislará para construir el Sistema Económico Social Solidario, administrar desde el Estado, con eficiencia, los sectores estratégicos y prestar servicios básicos, desarrollar programas sociales con fines redistributivos, defender la naturaleza y democratizar la propiedad, conforme manda la Constitución.
Es indispensable que sectores básicos del Estado estén conducidos por dirigentes del proyecto político, probados en la lucha, capaces. Es legítimo que de la acción conjunta, Asamblea y Gobierno, se logre reforzar la organización y acción política de Alianza PAIS y el millón de adherentes.
Manos a la obra, a ganar las elecciones y aprobar leyes necesarias para la revolución agraria (agua, tierras, seguridad alimentaria), seguridad ciudadana (reformas al Código Penal); racionalizar la acción del Estado y defender a los trabajadores (servicio público, Código de Trabajo, seguridad social); elevar la productividad o eficiencia de la economía (empresas públicas, micro y medianas empresas, defensa del consumidor, educación superior); construir el Estado democrático (comunicación, participación ciudadana, juventudes, libertad religiosa, salud, anciano); entre otras.
