No debería pasar inadvertido el Manifiesto por la Tierra y la Paz, declaración final del Encuentro Nacional de Comunidades campesinas, Afrodescendientes e Indígenas por la Tierra y la Paz de Colombia, clausurado en Barrancabermeja, Colombia, a mediados de agosto.
Después de analizar la situación del país, y las posibilidades de una solución política, los asistentes asumieron el diálogo como la ruta a seguir.
Quisiéramos que esta apertura al diálogo conduzca a serias negociaciones de paz, para lo cual saber escuchar al otro y la autocrítica son condiciones elementales. Resumimos aquí las conclusiones del Encuentro para un debate que tenga las características mencionadas.
1.- Rechazo a las políticas gubernamentales que promueven un modelo económico que favorece a las empresas transnacionales y los grupos económicos.
2.- Rechazo al modelo minero energético.
3.- Apoyo al proyecto de Ley de Reforma agraria integral.
4.- Superar las profundas desigualdades económicas y sociales, en función del buen vivir.
5.- La vía armada no conduce a la paz. Es hora de ponerle fin a la guerra y recurrir a la solución política del conflicto social y armado.
6.- Necesidad de avanzar en la materialización de una ruta de la paz, que conforme un movimiento de alcance nacional con apoyo internacional que promueva la construcción de la paz con justicia social. Las declaraciones generales sobre la paz y el diálogo son insuficientes. Se exigen gestos y hechos significativos de todas las partes.
7.- Hacer realidad la idea de que el diálogo es la ruta con la realización de constituyentes regionales, espacios de soberanía popular y participación ciudadana, como mecanismos de construcción de paz y justicia social.
8- Confluencia hacia una Asamblea Nacional Constituyente.
9- Invitación a impulsar y participar en los diferentes escenarios e iniciativas para seguir fortaleciendo las apuestas de este encuentro.
Las Farc y el ELN enviaron sendos videos expresando “voluntad para adelantar un proceso de paz”. Hay que hacer posible lo que parece imposible, abiertos a un diálogo, difícil, pero impostergable. ¿Cuál es la cuota que cada parte está dispuesta a poner para construir confianza mutua? Hasta hoy la guerrilla persiste en el criminal secuestro que debería dar por terminado como primer paso, y el gobierno anuncia que invertirá $1.5 billones más en ofensiva contra las guerrillas, sumados a los $ 5,7 billones ya asignados. “El puntillazo final” es su respuesta con nuevo ministro de “guerra”. Sin embargo, la ruta es el diálogo.
