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El Telégrafo
Sebastián Vallejo

La resistencia civil del robo

03 de junio de 2016 - 00:00

Son los pequeños actos de desobediencia civil, las manifestaciones casi imperceptibles de anticapitalismo, los que hacen de la lucha, una lucha que vale la pena. En el rango de luchas contra el statu quo, desde el libertario hasta comunistas, todas las expresiones mediatizadas son las expresiones de una élite, de una vanguardia si se quiere, y que son élites porque, al final del día, son los privilegiados del capitalismo. Socialistas de Mac.

Por el otro lado está ese maravilloso y extraño universo que son las entrañas de internet. La web, en su esencia, ha logrado conectar a todo lo vilificado en el mundo bajo un manto de anonimato y distancia virtual. Si bien ha servido para la rutinización de expresiones de odio y manifestaciones que refuerzan las estructuras de dominación imperantes (i.e. patriarcado), también ha permitido la creación de espacios de intercambio de lo marginal. Y cuando uno tiene tiempo en sus manos, encuentra lo más bizarro de esos espacios.

En la plataforma de microblogs, Tumblr, hay una comunidad algo amorfa y heterogénea de ladrones de tienda, donde publican sus botines bajo seudónimos, al mismo tiempo de que brindan apoyo y ánimo. Lo que en la superficie se presenta como una apología al crimen, en varias formas, conscientes e inconscientes, también se presenta como una singular comunidad donde todo termina revirtiéndose a una conversación sobre la guerra de clases, raza, género y capitalismo. Es un microcosmos de los vicios del capitalismo, y a su vez, de pequeños actos de resistencia civil.

La comunidad ganó notoriedad porque, sin ir muy lejos, la mayoría de sus miembros la constituyen jóvenes blancas de clase media y media alta que roban tiendas para luego vanagloriarse de ello públicamente. Hace un año, la historia fue recogida por algunos medios, cuando se hicieron públicas la identidades de algunos de los usuarios de esta comunidad. La BBC las calificó de “adolescentes impenitentes” que roban “porque pueden”.

Pero el acto de desobediencia civil está precisamente ahí. Las ladronas, en su mayoría, eran mujeres blancas y no necesitaban robar. Entonces, en un país como Estados Unidos, donde afroamericanos y latinos son 58% de los prisioneros, pero menos del 25% de la población y donde ambos son constantemente acosados por la Policía, cuando una joven blanca toma consciencia de esas realidades y la explota “porque puede”, es un reflejo tanto de una actitud como de un problema del sistema. Más aún, cuando justifican sus actos diciendo que son parte de una sociedad “que les exige ser delgada, atractiva, bien vestida, etc.”, como sugiere una usuaria, entonces los actos, además de ser un acto de rebeldía racial, son también una crítica de género. “Estoy cansada de dar mi dinero a una corporación que lucra de esta mierda… Si tengo que aguantar estas cosas, ciertamente no voy a pagar por ellas”. Ella prefiere ahorrar su dinero para cosas que no puede robar, como una educación universitaria. Entonces, también es una crítica al capitalismo.

Esto no es un apología al robo. Está mal. Pero más allá de esto, esta comunidad se convierte en la versión digital de la ‘reclamación individual’ de los anarquistas franceses del siglo XIX. O son una cruda manifestación, casi una performance, de todas las maneras en que se oprime a los individuos: a través de la raza, de los estereotipos de género, del capital. O puede que no sea nada de esto, solo una manifestación más de una generación que se cree con derecho al mundo. Y si fuera solo esto, también sería algo que vale la pena debatir. (O)

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