A un mes de la posesión del nuevo Mandatario, continúan las reuniones para definir su gabinete ministerial con el que iniciará su gestión y del cual hasta el momento no se conocen mayores detalles. El presidente electo, ha señalado que hará la presentación oficial del mismo este lunes 26 de abril en rueda de prensa.
La incertidumbre en torno al equipo de trabajo del próximo gobierno, está dada por la diversidad que pueda tener el mismo y la capacidad de acercarse a los sectores señalados durante la campaña electoral.
Guillermo Lasso asumirá el cargo en un contexto de polarización, con instituciones frágiles y una crisis económica y sanitaria profunda. La capacidad de convergencia de ideas, le permitirá dar forma a su mensaje de unidad propuesto en segunda vuelta y así poder conectarse con ese gran porcentaje de ciudadanos que apoyaron un cambio, pero que seguramente exigirán que sus ofertas se cumplan.
No será una tarea fácil dirigir un país en crisis y que a decir del Mandatario saliente, no queda con la mesa servida. Es por ello que el equipo que Lasso logre estructurar, deberá demostrar que existen opciones reales de cumplir lo ofrecido, comenzando por la inauguración de una justicia independiente que trabaje en desmontar los sistemas de corrupción que han hipotecando el futuro los ecuatorianos.
La estructura del gabinete ministerial permitirá valorar hasta qué punto el Mandatario electo está dispuesto a abrir su pensamiento conservador por el que ha transitado durante su carrera política. Por el momento, su discurso aparece como natural cuando habla de ir hacia un “crecimiento económico con justicia social” o de construir propuestas sobre medio ambiente, desarrollo sostenible, igualdad de género y derechos humanos.
La conformación de una Asamblea Nacional sin mayorías absolutas, se presenta también como un escenario interesante en el ámbito político, en donde las organizaciones puedan desarrollar capacidades para el establecimiento de nuevos canales de diálogo, que les permita generar leyes beneficiosas para el país.
El Ecuador, nuevamente tiene la oportunidad de lograr acuerdos democráticos con transparencia, sin la existencia de intercambio de favores o de los cuestionados acuerdos bajo la mesa de años anteriores. De las autoridades electas y de la ciudadanía dependerá que la propuesta de construir un Ecuador del encuentro, no se convierta en otra muletilla más que surgió al calor de una campaña electoral. (O)
