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El Telégrafo
Fausto Segovia

La justicia climática: un compromiso universal

17 de julio de 2019 - 00:00

El calentamiento global, según los expertos, es irreversible. En el siglo XX se habló de justicia social y libertad; en el siglo XXI se habla de justicia climática como nuevo paradigma asociado a la supervivencia del género humano.

Las críticas al acuerdo de París están presentes, de manera especial, en el discurso e investigaciones de algunas organizaciones no gubernamentales (ONG) de países en desarrollo. Se preguntan: “¿Cuándo logrará la comunidad internacional, y en concreto los países ricos y el sector privado, recaudar los $ 100.000 millones anuales necesarios para 2020?”.

“Quien contamina, paga”. Este es un principio que está presente en las diferentes cumbres y negociaciones en más de 20 años. Su fundamento se halla en la realidad, pues para todos es conocido -y hay evidencias científicas- que los países industrializados han afectado a la atmósfera, a los mares y a la tierra, mediante desequilibrios que han alterado los ciclos naturales de la vida. Uno de ellos es el calentamiento global.

En mi concepto, el clima dejó de ser un tema de meteorólogos para convertirse en un tema político emergente y global: de los Estados y de todas las sociedades; no solo de los líderes, sino fundamentalmente de los ciudadanos del Estado llano; de todas las profesiones y universidades, y no solo de los ecólogos y ambientalistas; no solo de la ONU, sino de todas las organizaciones públicas, privadas y no gubernamentales del planeta.

Es que la vida está en peligro, porque su sustentabilidad ha sido transgredida por un modelo de desarrollo en nombre del supuesto progreso irrefrenable e ilimitado que ha explotado y explota los recursos naturales, sin criterios de sostenibilidad, sin una mirada a los seres humanos.

La justicia climática es una alternativa, pero para ello se necesitaría otra ONU. Y donde el salvataje incluya a todos los Estados, a todas las economías, a todas las ideologías, a todas las culturas, a todas las religiones, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Es muy probable que la justicia climática sea el último punto de unión entre los seres humanos. Y que la ONU pase a ser UNO. ¿O es que se acabaron las utopías? (O)

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