Hace pocos días la Asamblea de las Naciones Unidas condenó por 188 votos de los Estados miembros contra 2, Estados Unidos e Israel, el bloqueo norteamericano a Cuba que ya dura 5 décadas. Durante 21 años la Asamblea se ha pronunciado en tal sentido y cada vez aumenta el voto de países que mantenían una posición contraria o neutra. El mundo entero manifiesta su rechazo a la política exterior de la potencia del norte, lo que debería llamar a reflexión al gobierno de Obama y conducirlo a un replanteamiento de las relaciones con la isla caribeña, superando prejuicios de la guerra fría.
Desde el 14 de noviembre el mundo asiste a una nueva escalada de la violencia israelí contra el pueblo palestino. Los “asesinatos selectivos” que violan el Convenio de Ginebra se repiten. El 14 de noviembre fue asesinado en Gaza Ahmed Yabari, miembro del gobierno de Hamás. También fueron ultimados Hisham al Saledini, principal líder del Consejo de los Mujahidini, y el comandante Azedim al Qasam.
Por otra parte, el bombardeo constante e indiscriminado a la población ha ocasionado la muerte de 164 palestinos y heridas a más de un millar. En Israel hay 5 muertos y 30 heridos, lo que evidencia la fortaleza militar sionista frente a la impotencia de los palestinos que ejecutan, a veces, acciones desesperadas como respuesta. Hay demasiada sangre y sufrimiento que deben cesar.
Se ha pactado un frágil alto al fuego bajo el influjo de Egipto, pues como resultado de la “primavera árabe” hay una nueva actitud en el Gobierno de El Cairo, aspecto que preocupa a los israelíes. Sorprende y horroriza el apoyo expreso del presidente Obama a la conducta de Israel, lo que no facilita los acuerdos y contradice su condición de Premio Nobel de la Paz.
El concierto mundial apoya la presencia del Estado de Palestina como miembro asociado de la ONU, lo que se decidirá próximamente. Quizás esa circunstancia explique la reciente acción armada de Israel, igual que las próximas elecciones en ese país, ante lo cual decide mantener a los halcones en el control de los muchos y poderosos intereses judíos y norteamericanos.
El conflicto palestino-israelí es una herencia del imperialismo británico y su política colonial. En todas partes se suceden manifestaciones, incluso dentro de Israel, a favor del derecho palestino a vivir en paz con su vecino de Israel. Dos Estados para dos pueblos es la solución. También ahora Estados Unidos e Israel se enfrentan al mundo.
