La cifra de inflación en el ámbito internacional, especialmente en Estados Unidos es la más alta que se ha observado en al menos 4 décadas, (superior al 9%). Ciertos factores relevantes que explican este fenómeno se derivan del impacto recesivo provocado por la pandemia, pues a partir de allí, se diseñaron planes de estímulo fiscal mediante una masiva emisión de dólares distribuidos a consumidores para mantener la demanda agregada y a las empresas a fin de sostener la producción y el empleo. Otro factor es los retrasos en la cadena de logística y el encarecimiento de los fletes, sustancialmente la marítima; y sin duda, un tercer factor por fuera de la pandemia es el importante incremento del costo de la energía provocado por la invasión rusa a Ucrania y su incidencia en el aumento de los precios del petróleo; así como de diferentes insumos y productos agrícolas. En este sentido, la Reserva Federal de EE. UU. bajo el objetivo de controlar el alza inflacionaria revisa al alza la tasa de interés, lo que finalmente terminará en el mediano plazo encareciendo los costos de producción y precios de bienes y servicios.
En Ecuador las cifras de inflación se han mantenido bajas, incluso con meses negativos y cercanos a cero, lo cual tampoco es una buena noticia; sin embargo, a partir de julio de 2021 se aprecia un incremento sostenido de los precios registrándose en julio de 2022 un 3,86% anual. El contexto internacional nos conducirá, irremediablemente, a una mayor inflación posiblemente cercana al 5%, que puede percibirse como baja pero que, en una economía dolarizada sin mecanismos monetarios de defensa, con altas tasas de interés, significativa deuda, débil productividad, reducido porcentaje de población con empleo adecuado y rígido mercado laboral, vamos a sentir notablemente el encarecimiento de la vida, sobre todo en los estratos sociales más vulnerables. Bajo este complejo entorno, el Gobierno se encuentra negociando la mesa temática de Control de precios, con delegados de la CONAIE para abordar aspectos relacionados a precios referenciales y de sustentación de los productos de primera necesidad. La teoría económica y la experiencia nos han demostrado que el control de precios origina el aparecimiento de mercado negro, desestimula la demanda y la inversión, en dependencia de si el precio oficial es más alto o bajo que el precio de mercado, con el desenlace de una inevitable escasez e incremento en los precios. Cabe precisar que el gobierno, con amenaza de por medio, se ha dejado imponer a través de estas mesas temáticas, una nueva agenda económica contraria a sus preceptos ideológicos con los cuales ganó las elecciones, sin incorporar en las mesas a empresarios, agricultores y demás sociedad civil no indígena que tenemos que decir algo al respecto. ¿Hay que preguntarse si no cabría diseñar un mecanismo eficiente de comercialización sin tanto intermediario en lugar de querer imponer controles de precios?
