Por ser lingüista, muchas personas me hacen preguntas sobre idiomas. Algunas quieren aprender un tercer idioma fácil. Digo tercer idioma porque en el mundo actual el inglés debe ser el segundo idioma de todos, por su papel de lengua internacional y por su gramática fácil, aunque la pronunciación sea complicada. A quienes buscan algo fácil sugiero el portugués, lengua latina muy similar al español por haber compartido la misma historia.
Además, la población y la posición de Brasil bastan para comprender su importancia. El francés es otra lengua latina muy útil, pero con pronunciación medio difícil; su gramática también, pero el español no se queda atrás y eso es una ventaja. Si van por otras lenguas europeas, el holandés y el griego están entre mis favoritos. El griego no necesita presentación. El holandés, bastante cercano al inglés, se habla en Holanda y Bélgica, y es muy similar al afrikáans de Sudáfrica. El chino parece complicado, pero ninguna lengua que uno adore es muy difícil. Contra todos los que me decían que sería imposible, aprendí algo de hebreo en mi corta estadía en Israel.
Hoy quiero sugerirles un idioma que se considera difícil, pero que no me parece tanto. La próxima semana veremos sus características. Ahora les diré por qué es valioso aprender ruso. Es el segundo idioma más usado en internet después del inglés. Lengua oficial de la ONU y de cuatro países, segunda lengua en los otros países de la ex Unión Soviética, muy cercana al ucraniano (más que la cercanía que hay entre español y portugués), hablado por muchas personas en Israel y en Mongolia, el idioma con más hablantes en Europa, séptimo en el mundo por el número de hablantes nativos y octavo por el número total de hablantes.
La literatura rusa es una de las más prolíficas y la poesía rusa es bellísima. La música rusa, en especial el ballet, es de lo mejor. Los más aventajados al saber ruso son los científicos. Una cosa más: cuando se acelere el calentamiento global, Siberia será la tierra del futuro. (O)
