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El Telégrafo
Eduardo Jurado

Gobernabilidad

24 de abril de 2018 - 00:00

La gobernabilidad es la capacidad técnica y política con la que un gobierno cuenta para atender a las demandas de los ciudadanos de manera eficaz. La estabilidad, la legitimidad y la eficiencia son esenciales para este fin, y deben verse como el sustrato para la gobernabilidad.

El gobernante crea valor público principalmente a través de las garantías que el Estado otorga a la ciudadanía, las regulaciones que gestiona para el buen funcionamiento de la sociedad, y las políticas públicas en relación con los aspectos que influencian aspectos como la vida, la seguridad y la libertad. La confianza y la transparencia definen la relación entre los ciudadanos y el gobernante.

El capital político neto resulta del balance que existe entre apoyo y oposición del ambiente autorizante -los poderes del Estado- y de los actores políticos que tienen influencia sobre dichos poderes. Este capital, que determina la viabilidad política del Gobierno, se produce y se consume a la vez. Puede aumentar y acumularse a lo largo del tiempo, dependiendo de la eficacia de la agenda. Así mismo, puede caer estrepitosamente por errores que merman la confianza y la transparencia.

Dicho lo anterior, el dilema estratégico del gobernante es cómo crear el valor público que él quisiera y cómo ejecutar su agenda de manera tal, que pueda mantener en el tiempo un nivel de capital político suficiente para garantizar la estabilidad y legitimidad de su gestión. Si la agenda es demasiado ambiciosa puede causarle desperdicio de recursos, debilitamiento o, peor aún, bancarrota política. Si no lo es, desaprovecharía oportunidades clave para la creación de mayor valor público.

El problema de la frontera norte, sumado a los ya complejos temas políticos, sociales y económicos que enfrenta la agenda de gobierno, absorberá un mayor capital político. La eficacia de la agenda responderá a la capacidad operativa del Gobierno y del ambiente autorizante.

Resumiendo, el Gobierno requiere capacidad técnica y capital político para dar solución a temas tan complejos. El capital político es un medio, no un fin. El fin es la creación de valor público y la gobernabilidad, y para ello necesitará capacidad de ejecución, además de la agenda y del capital político. (O)

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