Morir es el acto más sencillo del mundo. La muerte es un ejemplo de servicio al cliente de calidad: es gratuita, es a domicilio, se ofrece sin preguntarte. Lo verdaderamente difícil es estar vivo, pues es tan probable que mueras por una enfermedad, un infarto, una bala perdida, atorado con una espina de trucha, que por eso admiro a los viejos. Son titanes. Pero he de confesar que por sobrevivir los admiro, pero que por ello, bajo ningún concepto, los respeto.
No debemos respetar a los viejos por su edad, sino por su trayectoria limpia, honesta, transparente. Por eso hervir a un gallo de lidia es un sueño de gente minúscula. Y este país sí que tiene un gallo de lidia en la tierra de Pasión de Gavilanes. Un gallo de lidia al que una gallina Brabanzona Belga le dijo
¿Quiénes ganan, en la tierra de Pasión de Gavilanes, en las urnas? Los que se suben a una tarima, bailan al son de un ritmo popular que en sus casas nunca escuchan, se abren la camisa y se lanzan a las hordas enardecidas cual estrellas de rock. Ganan los que en cada pueblo que visitan profesan una religión distinta, la de ese pueblo. Ganan los que juran y ofrecen la vida eterna, casas, colchones, comida, trabajo, felicidad. Ganan los políticos, esa rara raza de gallina que incuba votos, pero que no tiene huevos.
Nuestro gallo de lidia tiene otro talante: académico, abogado de los trabajadores, catedrático, decano, profesor emérito, escritor, historiador, estadista. Ha sido pobre toda su vida porque entendió que “pobreza” no significa miseria, sino que es una renuncia a participar en el saqueo del mundo. Gallos de su talante no necesitan los votos de quienes aún creen en la gallina de los huevos de oro.
Hay gallos que están por encima de las contiendas electorales. Gallos que nos dan lecciones y que ven el circo de lejos, gallos que forman parte de los anales de la historia por ser héroes, que son un ejemplo de vida y mueren siendo gallos de lidia, mientras en el mundo quedan, en sus corrales, tantas gallinas y tanto cacareo.
AVE JULIO CÉSAR, galli belli, vir bonus, sanus homo, gallo inter scavengers. (O)
