La marcha de la economía mundial experimentó un preocupante frenazo al cierre de 2015, al decir de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, institución que reúne a las economías más desarrolladas, lo que avizora nubarrones sobre el panorama del comercio global en 2016.
Con razón la entidad internacional reguladora del comercio mundial sostiene que las tasas de crecimiento de la actividad comercial planetaria se asemejaron en 2015 a las que anteceden a una gran recesión económica global, con apenas un dos por ciento. Y es que el ritmo de crecimiento del comercio tiende a situarse por debajo del registrado por el valor del Producto Interno Bruto del orbe, dejando atrás una tendencia que se venía registrando durante décadas, pero que a partir de 2012 comenzó a revertirse.
En efecto, datos del Fondo Monetario Internacional revelan que durante el lapso 2013-2014 el PBI mundial creció en un 3,4%, en tanto que el volumen del comercio internacional lo hizo alrededor del 3,3%.
La caída de la demanda de bienes y servicios por parte de China; el derrumbe de los precios internacionales de las materias primas agropecuarias y minerales, con énfasis en las cotizaciones del petróleo y la variación de la política monetaria de Estados Unidos al eliminar la política de aumento de liquidez (circulación de dinero dentro del torrente monetario-financiero en la economía) son algunos de los factores que explican el frenazo del comercio global durante 2015.
Fijemos la atención en el comportamiento de precios de las materias primas. Se trata de bienes que se comercializan en los mercados de valores, como si se tratase de acciones o títulos financieros, cuestión que desnaturaliza sus orígenes materiales, para ser objeto de especulación financiera, donde sus precios se forman al margen de su realidad productiva y sin relación directa con la ley de la oferta y la demanda.
Entre las principales materias primas que se comercializan a nivel global tenemos al petróleo, carbón, gas natural, cobre y oro, entre otros. También conviene tener en cuenta el caso de los alimentos e insumos agropecuarios, tales como el trigo, maíz, soja, leche y sus derivados, azúcar y carne, para citar algunos.
Los futuros de materias primas son acuerdos comerciales mediante los cuales las partes contratantes quedan obligadas a comprar y vender una determinada cantidad de esos bienes en una fecha acordada. Pero como esos contratos han pasado a formar parte de la economía de casino que se vive en los mercados financieros, cabe preguntar: ¿qué es lo que determina la fijación de precios en los mercados mundiales?
Por eso sería iluso desconocer la marcada incertidumbre que se cierne sobre el ejercicio monetario-financiero internacional debido a la reducción de las transacciones comerciales globales, sobre todo cuando 2016 ha entrado con precios del crudo muy deprimidos y con serios conflictos geopolíticos que, sin lugar a dudas, impactarán sobre el desempeño económico mundial. (O)
