Enfrentamos este 2018 con dos graves tendencias que nos pueden llevar al fracaso; y esto va tanto a nivel personal como en el plano gubernamental. Queremos hacer más de lo mismo; o por el otro lado solo promovemos lo nuevo. Las dos actividades son necesarias, pero en la justa medida; para tener un incremento cualitativo debe haber equilibrio entre la exploración y la explotación.
Pensemos en la manera como el Gobierno trata de salir de todos los problemas del país. Explora nuevas ideas mediante el diálogo. Esto es una búsqueda y descubrimiento de nuevas formas de manejar la economía y la política, lo cual significa cambiar nuestras fronteras funcionales de gobierno. Pero la exploración es arriesgada; no se tienen todas las respuestas y no sabemos si podemos encontrarlas. Pero también explota aquel conocimiento que adquirió en los años de gobierno pasados y trata de mejorarlos. La explotación de la experiencia que ya se tiene hace que lo que sabemos hacer, pueda funcionar y tal vez sea mejorado. No es arriesgado en el corto plazo, pero si solo queremos explotar estas prácticas por considerarlas seguras y probadas, es muy peligroso y arriesgado en el largo plazo.
Pero hay malas noticias, la investigación nos indica que solo el 2% de los gobernantes y directores de empresas son capaces de explorar y explotar de manera efectiva al mismo tiempo y en paralelo. Caemos en la trampa de la búsqueda perpetua y hace que al descubrir algo nuevo, no tenemos la paciencia o la determinación para consolidar la idea y hacerla funcionar. Y vamos de tumbo en tumbo. Si no lo creen, miren lo que ha pasado con nuestras reformas educativas y de salud. Y otra trampa es la del éxito, haciendo lo que nos encanta hacer: impulsar la economía con gasto público mediante permanente endeudamiento. Y como dice Bill Gates: “El éxito es un pésimo maestro. Nos hace creer que no podemos fallar”.
Para el justo balance entre la exploración y la explotación no hay más que enfrentar y salir de la crisis; pensar en diferentes escalas de tiempo en las decisiones que tomamos (innovación es más importante en el largo que en el corto plazo); hay que atraer talento brillante y fresco (nadie puede mantener el deseado equilibrio por sí mismo); y por supuesto, ser muy escépticos con el éxito pasado. (O)
