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El Telégrafo
César Hermida

Ética y educación superior

28 de abril de 2018 - 00:00

Se entiende por moral las normas del comportamiento individual establecidas por el poder dominante, político y religioso, es decir por su cultura. Por ética, el entendimiento de los principios universales de conducta colectiva (e individual), de lo adecuado y no adecuado, proporcionado por el estudio y la experiencia de los mayores, generalmente discutido en asambleas; es la voz del pueblo independiente de dominaciones y subyugaciones.

Como la pedagogía (educación en escuelas y colegios) obedece a los poderes dominantes, la andragogía (enseñanza-aprendizaje de los adultos) debe estar en manos de la universidad para el entendimiento libre, con espíritu crítico que clarifique el poder moral y promueva los criterios éticos colectivos. Estos son, por ejemplo, la equidad, la justicia, la libertad, y los valores de honradez y solidaridad. A partir de ellos se establecerían las normas individuales.

La ética es política. El poder político continental ha sido represor, censor, dictatorial. El argentino Ricardo Forster dice que el gran desafío de los gobiernos democráticos está en conjugar igualdad y libertad. “Los Estados de izquierda deberían proponer una ampliación de derechos. Unasur debe llenarse de contenido cultural. Ahora hay una sociedad civil que tiene mucha más capacidad para defender sus derechos” (EL TELÉGRAFO 03.10.15).

El culto al atesoramiento ha demostrado históricamente ser poco ético.  Se cimenta en conductas individualistas, sustenta a los ricos, busca el respaldo estatal, se vale de los pobres (campesinos, obreros, minorías étnicas, emigrantes, refugiados, y otros), se apoya en la institucionalidad religiosa.

La educación superior, que ha enfatizado el área cognitiva en la docencia y la investigación de jóvenes, debe vincularse con la sociedad y contribuir, de modo afectivo y volitivo, a las acciones políticas. Los prometeos y Ph.D. (Pieshdis), todos los docentes y alumnos, con sus capacidades y aficiones individuales, deben salir de las cuatro paredes y comprometerse con las necesidades de la comunidad, con un enfoque ético en la enseñanza y la investigación. (O)

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