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El Telégrafo

España, migrantes, vivienda y desesperación

21 de marzo de 2012 - 00:00

Estoy en Murcia, la capital de los migrantes ecuatorianos. Comparto el Enlace ciudadano del presidente Rafael Correa. Hay un tema principal. Miles de compatriotas viven la angustia de haber perdido sus viviendas y, para colmo, tienen que seguir pagando sus hipotecas. ¿Cómo ocurrió este desastre?

A partir de 2007 sobrevino  la crisis económica y mucha gente se quedó entrampada con hipotecas inmobiliarias. Entre ellos, inmigrantes ecuatorianos y colombianos.

Hubo un absurdo boom de la construcción privada (que tentó a las familias a endeudarse, en euros, con un interés, entonces, de 3 o 4% anual). Los bancos y cajas prestaron por encima del valor que ahora tienen esos inmuebles hipotecados. En España no existe la “dación en pago” (la entrega del bien inmueble que salda la deuda con el banco).

Allí, uno devuelve un departamento al banco, donde vive, que se tasó, al inicio de la operación, en 300 mil euros y por el cual todavía se deben 280 mil  (por ejemplo) que no se pueden pagar. El banco lo tasa ahora en 200 mil porque las viviendas han bajado de precio. Pero la deuda se pactó en 300 mil. 

Tampoco hay cómo venderlo: sobran 2 millones de viviendas al menos ya construidas. Por tanto, uno, ya sin el departamento, le debe aún al banco 80 mil euros, y este lo va a perseguir hasta Ecuador o Colombia. O donde esté. Una trampa capitalista perfecta y perversa.

El libro de José Manuel Naredo y Antonio Montiel, “El modelo inmobiliario español y su culminación en el caso valenciano” (Icaria Editorial, 2011),  explica bien la situación. Los autores sostienen que “el urbanismo español ha estado gobernado por el negocio de la promoción inmobiliaria, iniciado en el franquismo, que explota la posibilidad de añadir varios ceros al valor de los terrenos por el mero hecho de hacerlos urbanizables”. Los predios de la costa mediterránea son un buen ejemplo.

En 2006 se dio permiso para construir más de 900 mil nuevas viviendas: el año pasado para tan solo 90 mil. Además, hubo también un boom en la construcción de infraestructuras, el Estado y comunidades autónomas se endeudaron.

Ahora, con la crisis, cobran menos impuestos y la deuda pública se acumula. Solo en Madrid, unas 40 personas al día pierden sus viviendas por no poder pagar las hipotecas. 16 son inmigrantes, la mayoría ecuatorianos, según portavoces de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca.

Una parte del origen de la crisis económica actual de España se debe al “estallido de la burbuja inmobiliaria” y los “papeles basura”; ya advertida hace una década, por la sobrevaloración de la vivienda.

La profundización de la lógica neoliberal produce un vacío entre democracia y resolución de necesidades sociales. La crisis actual europea revela con crudeza esta situación. Y esto debe ser incluido en la agenda migratoria latinoamericana.

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