El mundo se apresta a celebrar el 1 de mayo, fecha emblemática para los trabajadores, excepto en los EE.UU., donde las autoridades temen que esta conmemoración refuerce el movimiento “socialista”, y han traslado el Día del Trabajo al primer lunes de septiembre. Irónico, pues la celebración del 1 de mayo conmemora la huelga de los mártires de Chicago, sindicalistas ejecutados en mayo de 1886 por pedir la jornada laboral de ocho horas.
Son muchos los sufrimientos y la sangre derramada por los trabajadores para obtener sus conquistas laborales, víctimas de la plusvalía de la que se despoja su trabajo, siendo parte fundamental de la tríade capitalista para producir riqueza.
Ha sido de elemental humanidad pedir una jornada de 8 horas en vez de la de 16 (casos ha habido en Ecuador de 5 de la mañana a 11 de la noche); luchar contra salarios de mera subsistencia, trabajo infantil, despidos del trabajo a voluntad del patrono, arrojando a las familias a la miseria y la emigración, discriminación y explotación de la mujer en el trabajo, represión policial y abusos mil.
La historia de las luchas obreras en Ecuador ha sido particularmente trágica con la matanza de los trabajadores el 15 de noviembre de 1922. Se requerirían muchos volúmenes para narrarla. Sin embargo, el ingenio de uno de los más importantes cineastas- documentalistas ecuatorianos, Pocho Álvarez Wandemberg, logró sintetizar admirablemente un período de esta historia hasta 1989, con su película: “Nosotros una historia: movimiento obrero ecuatoriano”. En 40 minutos, con el compromiso político que lo caracteriza y la profundidad del análisis sociológico, expone esta gloriosa historia, que conmueve y anima a la lucha mediante entrevistas a los iniciadores del movimiento obrero, varios de ellos sobrevivientes de la matanza de 1922: Luís Maldonado, Leonardo Muñoz, Floresmilo Romero, Andrés A. Mora, José I. Guzmán, Miguel A. Guzmán, César Endara, Pérez Castro.
El filme se puede ver en las nuevas y vanguardistas instalaciones de la consulta pública de la cinemateca de la CCE, donde se conservan los tesoros de la memoria filmada del país.
Para este 1 de mayo recuerdo la promesa que se hizo el año pasado en el cine Ocho y Medio con motivo de la conmemoración del 15 de noviembre de 1922, cuando se presentó la cinta de Pocho: “Buscaremos la forma de que podamos reproducirla y presentarla”. Esperamos una nueva presentación con motivo del Día Internacional del Trabajo, que contribuya, además, a revitalizar el movimiento sindicalista tan venido a menos.
