Llegó la temporada anual de rendir cuentas, novedoso en el sector público, pero normal y vital en el privado. Esto hace que los funcionarios se esfuercen por lucir que han sido eficientes. Realmente deberían dar sus informes de labores basados en efectividad, que es el balance entre la eficiencia (desarrollo de procesos) y eficacia (logro de resultados). Efectividad es la producción de mejores resultados con los menores recursos posibles.
Normalmente, los políticos son muy eficaces en lograr resultados, pero a un tremendo costo, lo cual los hace ineficientes. El resto de ciudadanos buscamos la eficiencia mediante el uso de nuevas tecnologías. Pero olvidamos que los problemas de ineficiencia no son simplemente tecnológicos, son realmente adaptativos, consecuencia de un desordenado desarrollo cultural, deficiente educación y aun de históricos atavismos de pereza y despreocupación.
Por ejemplo, quisimos mejorar la atención pública de salud, dotando a los médicos de computadoras y de programas para que llenen las fichas médicas de los pacientes y hasta fijamos un tiempo límite por consulta. El resultado fue que el pobre galeno debía llenar sendos reportes que no le daban tiempo para un apropiado diagnóstico e interacción con el paciente.
Creo que debemos tener algo como la ineficiencia inspirada, que suena muy raro viniendo de alguien profundamente matemático; pero he aprendido que los datos y la medición son esenciales, pero no son suficientes. Hay que dejar un espacio para la intuición y las habilidades humanas. Aceptamos que el problema y la solución deben tener una relación lineal; pero las desviaciones en su resolución pueden ofrecernos alternativas que no estaban consideradas y pueden ser mucho más productivas.
Asimismo, creemos fielmente que la tecnología debe simplificarnos las tareas, lo cual probablemente sea cierto con el advenimiento de la inteligencia artificial, el manejo de gran cantidad de información con el big data y muy especialmente con los algoritmos de machine learning. Sin embargo, yo todavía creo que puede ser más eficiente hacer las cosas de la forma difícil. (O)
