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El Telégrafo
Mariana Velasco

Elegir es comenzar

13 de enero de 2021 - 00:00

Acudir a las urnas es un paso en el proceso. Ecuador tiene la oportunidad cuatrienal de empezar de nuevo y es un desafío celebrar una elección libre y justa, para demostrar que este país está comprometido con la democracia y el Estado de derecho.  En el cúmulo de las acciones individuales, se renueva nuestra democracia porque en momentos de crisis, su fortaleza también está expuesta.

El voto es un derecho y es sin duda, una de las decisiones más importantes que tiene un ciudadano, por lo que hay que ser conscientes de la enorme responsabilidad que es ejercer el sufragio como un recurso para definir los caminos a seguir por parte de una nación.

Los funcionarios del Consejo Nacional Electoral tienen la obligación de asegurarse de que todos los votos se cuenten de forma transparente. Una vez conocidos los resultados del proceso electoral y elegido un presidente, 137 asambleístas y 35 parlamentarios andinos, ¿qué ocurre? La elección solo es un comienzo.

Una vez tomada la decisión, hombres y mujeres están llamados a demostrar que tienen capacidad y voluntad política para gobernar y legislar. Lo que se gana no es el derecho a cumplir un conjunto particular de promesas de campaña, sino solo la oportunidad de gobernar.

La falta de decisión política para poner orden en la casa, terreno pantanoso, topos por doquier y la sombra de su antecesor cuál maléfica obsesión, ha sido la tónica de los cuatro años de Lenin Moreno. Al drama nacional, se sumó la pandemia que agrietó más la crisis social, económica y política, que puso en evidencia que quien se apresta a concluir su mandato, no entendió cuál es la labor de un presidente.

Mientras la pandemia de coronavirus sigue su implacable curso, los ecuatorianos iremos a las urnas con la convicción de que todos los galones de desinfectante vertidos en nuestras manos así como las normas de bioseguridad para noquear al virus, no alcanzaron a los políticos, ni ayudó al combate contra la corrupción y peor aún para la gobernabilidad democrática. Diez y seis candidatos para llegar a Carondelet, lo demuestra

El combate contra la corrupción requiere de instituciones sólidas y un liderazgo fuerte y ninguno de los dos existe en nuestro país. ‘Cirugía mayor a la corrupción’ solo sirvió para el discurso a sabiendas que esta peste es la peor amenaza para la democracia.

Muchos de los políticos, figuras claves de los sectores público y privado con poder e influencia han sido denunciados a través del periodismo de investigación y acusados por la justicia. ¿Serán ellos quienes impulsen la necesaria reforma política o creación de leyes que podría llevarlos a la cárcel?

En cada proceso electoral que vivimos, salta la inquietud de ¿por qué molestarse en celebrar elecciones que dan a los políticos licencia para defraudar a sus electores? A los ciudadanos, al no aspirar a un cargo político, nos corresponde movilizar la opinión pública para respaldar una campaña anticorrupción como arma poderosa.      

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