Analizar a Lucio Gutiérrez desde la óptica ideológica es tan fácil como confuso, pues el coronel ha pasado con facilidad asombrosa de la izquierda a la derecha y de la derecha al populismo, lo que me lleva a concluir que es un político versátil que no le importa su ubicación, él comprende a la política con una visión de camaleón, esto es, cambia de colores según la ocasión.
El coronel se ha convertido en un personaje utilitario en la política ecuatoriana, sobre todo en sectores radicales contrarios a Correa. La ausencia de un candidato opositor con opciones en las elecciones pasadas le generó oportunidades de participación. Los resultados obtenidos no fueron positivos y, al perder en la primera vuelta electoral, quedó claro que en esas elecciones no fue capaz de aglutinar a todas las fuerzas contrarias al régimen. Recordemos que Correa ganó con el 51,99% de los votos válidos mientras Lucio apenas obtuvo el 28,24% de la votación y 6 candidatos restantes, incluyendo a Álvaro Noboa, el 19,78%. Las elecciones a asambleístas también le representaron un fracaso, el PSP apenas obtuvo 19 escaños contra 59 de PAIS.
Los resultados electorales de 2009 han llevado a la oposición a pensar en otra estrategia de participación para las elecciones de 2013. La presencia de posibles candidatos, como Lasso, Paco Moncayo y hasta el propio Acosta, le quita espacio.
Lucio sabe a ciencia cierta que no tiene opciones de éxito para las presidenciales, pero tiene que mantenerse en el juego electoral para apuntalar su bloque de asambleístas y llegar a 2014 con posibilidades de representación en los gobiernos locales. De ahí que viene declarando que solo depondría su candidatura en beneficio de que la oposición acuerde tener un candidato único.
¿Pero a quién le apostaría Lucio en una alianza? Los movimientos y organizaciones de izquierda lo consideran repelente por haber traicionado su discurso de campaña en su primera elección, por tanto, solo le queda inclinarse hacia la derecha; la opción de Guillermo Lasso podría estar dentro de los cálculos de Lucio, pero habría que despejar la duda de que Lasso participe y que este acepte llegar a un acuerdo político.
Por otro lado, la presencia sorpresiva de Gutiérrez en la sesión solemne de las fiestas de Guayaquil haría pensar en un posible acuerdo entre el PSC-MDG y PSP, pero conociendo a Nebot, no creo que se sienta muy cómodo con una alianza electoral con el coronel retirado. Nebot puede llegar a acuerdos legislativos, pero de ahí a instrumentar una alianza electoral es casi imposible, si es que el Alcalde de Guayaquil pretende seguir en la carrera política. La última carta del coronel entonces, si se queda solo, será la de apostar nuevamente por su hermano Gilmar y encabezar la lista de asambleístas nacionales para tratar de llevar un número más representativo del que obtuvo en 2009. Continuará.
