Tan ofendido estaba que apenas pudo contener las lágrimas. Ya se hartó de tanta ofensa y tanta calumnia. Más aún cuando, ahora, está decidido a reemprender su vida personal y familiar. El “Nine” Kaviedes dijo basta. Hugo Gavilánez, en su programa de RTS, había expresado que el “Nine” “otra vez ha vuelto a sus andanzas, ha sido visto en una discoteca y estaba borracho”. ´Todas estas afirmaciones, dice el “Nine”, son falsas. Al escuchar las palabras de Gavilánez, la abuelita del “Nine”, de 88 años, se había sentido mal. Pero también escuchó su pequeño hijo y lo comentó a su madre, con quien justo el “Nine” se encontraba en proceso de reconciliación. “Fue un día duro, sentí desesperación e impotencia”, dice el “Nine” y agrega: “Comprendí lo que le pasó al Presidente y, sin conocerlo, me guió en lo que debía hacer”.
Kaviedes se hartó y dijo no más mentiras. Fue a la Cruz Roja y se realizó un examen de alcoholemia que salió negativo. Con esto, anunció, iniciará las acciones legales correspondientes. Hace poco, en esta misma columna (ver Medios condenados, 8 de abril de 2011) contaba que en España dos canales de televisión fueron condenados a indemnizar con 270 mil euros a un presentador por informaciones falsas vertidas en programas de farándula. Los medios pagaron y a nadie se le ocurrió decir que esta condena era un atentado a la libertad de expresión.
Pero el problema grave es que, en el Ecuador, todos los días se dan informaciones falsas en los programas de farándula; se inventa, se manipula, se tergiversa y hasta se autocrean hechos, a vista y paciencia de los directivos de los canales de TV. El caso de Hugo Gavilánez, y de otros muchos presentadores, es reiterado. Basta recordar aquel bochornoso incidente, en el mismo programa de Gavilánez, en el cual la conocida bailarina Carla Sala intentó caer a golpes a uno de los invitados. En otro espacio de farándula, un tal abogado Dupleint se atrevió a afirmar: “Los negros solo sirven para vender cocadas y patear una pelota”. Estos son los presentadores y los programas que cotidianamente ingresan a los hogares de los ecuatorianos. Por tanto, ya es hora de que asuman las consecuencias de sus palabras. Ya es hora de que todos asumamos con absoluta responsabilidad lo que afirmamos. Es hora de volver al respeto, de recuperar los elementales principios del ejercicio informativo. Y de esto se trata con la nueva Ley de Comunicación. No de amordazar a nadie y peor de censurar o atentar contra los derechos a expresarse libremente.
El “Nine”, como la mayoría de los ecuatorianos, quiere recuperar no solo su carrera deportiva sino el derecho a ser respetado y a que en los medios de comunicación se diga siempre la verdad. Nada más.
