Publicidad

Ecuador, 28 de Marzo de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Mónica Mancero Acosta

El legado de Gonzalo Abad Ortiz

13 de enero de 2018 - 00:00

Con las debidas disculpas, me voy a permitir iniciar este artículo con una perspectiva personal, quizás porque esa es la única mirada legítima acerca de la vida y la muerte. Hace algunos años, el día que sustentaba mi tesis doctoral en Flacso, en un pequeño auditorio, y con pocos académicos y estudiantes -como suelen ser estos eventos- de pronto ingresó al recinto Gonzalo Abad. Fue un honor su presencia y, a la vez, un reto sustentar mis hallazgos de investigación en su presencia.

Gonzalo Abad se encontraba en el auditorio porque, además de ser un querido amigo, fue el fundador de Flacso, y nos graduábamos las primeras promociones de doctorado. Flacso, un sistema internacional de posgrado que se abrió en Ecuador en 1975, lo hizo gracias a la iniciativa, gestión y pasión de Gonzalo por las ciencias sociales. Dentro y fuera del país, siempre estuvo pendiente de la suerte de Flacso y las ciencias sociales en el país y la región.

Antes, Gonzalo había tenido otras iniciativas académicas, como fundador y director de la Escuela de Sociología de la Universidad Central. Ocupó altos cargos nacionales como director de la Junta Nacional de Planificación, e internacionales como funcionario del sistema Unesco y su delegado en México. La vida quiso que nos conociéramos precisamente en México, y no en Ecuador. Allí vi en Gonzalo una mente crítica, abierta, cosmopolita. Siempre le preocupó nuestro país, las transformaciones sociales de América Latina, y los más desfavorecidos.

Gonzalo, junto a su infatigable compañera, Cecilia, transitó por un mundo ancho y ajeno, sin olvidar jamás a Ecuador y sus raíces.

Pude constatar de cerca su gran versatilidad en París, pues era una persona conocida y respetada en el mundo diplomático internacional. En días pasados, tras su inesperado fallecimiento, asistí a la ceremonia en su homenaje en Flacso y escuché testimonios muy sentidos de académicos, amigos y familiares.

Se fue muy pronto, y de forma sorpresiva. No lo tenemos entre nosotros, extrañaremos su gran personalidad, su inteligencia, su amistad, y su gran sentido del humor. Pero siempre lo sentiremos junto a nosotros, porque nos deja un legado enorme, particularmente para el posicionamiento de las ciencias sociales que el país entero debe reconocer. (O)

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media