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El Telégrafo
Fernando Bustamante

El "Gen Egoísta"

22 de julio de 2018 - 00:57

A partir de los años setenta del siglo pasado se puso en boga una escuela de pensamiento científico que sostiene que el único propósito de la vida humana es trasmitir los propios genes a las futuras generaciones.

De acuerdo con esta visión, los individuos no somos más que instrumentos de nuestros genes para asegurar su supervivencia en el tiempo.

Todas las conductas sociales y personales solo pueden entenderse como mecanismos para aumentar la probabilidad de que nuestro ADN sea trasmitido y sobreviva.

Una consecuencia de esta perspectiva es que quien no se reproduce es una persona que ha fracasado en cumplirsu misión en la vida. En esto -curiosamente- los sociobiólogos terminan coincidiendo con el tradicionalismo conservador, en especial en lo tocante a los roles de género.

Sin embargo, y más allá de la crítica ética y filosófica que se puede hacer a este reduccionismo extremo, la propia investigación biológica más reciente tiende a demostrar que el interés de los individuos de una especie no se reduce obsesivamente a proteger y trasmitir los propios genes: se ha podido determinar que estamos hechos para preocuparnos no solo de nuestros descendientes, sino de nuestra familia, de nuestro grupo y, más allá aún, de la supervivencia de toda la especie humana.

Además, se ha podido hallar evidencia de que una de las herramientas más poderosas de supervivencia de los linajes es la protección de la variedad en todas sus manifestaciones.

Por ello, el cultivo de las diferencias y la eliminación de todo intento de reducir a la humanidad a una solo visión monolítica de su ser es crucial para esa propia perpetuación de personas, grupos y especie.

De esta forma, las personas que optan por no trasmitir sus genes tienen aún un rol fundamental en la supervivencia genética de la especie: protegiendo a sus familias, a sus amigos y a la humanidad en su conjunto. Y, además, preservando el enorme capital que son las diferentes opciones de cómo vivir una vida humana. (O) 

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