En los años 80 del siglo pasado, el desaparecido cómico, George Carlin (ateo izquierdista del establecimiento gringo), criticaba al ambientalismo por lucrar supuestamente del discurso del cambio climático. A la vez, reprochaba a religiosos –judeocristianos especialmente– por su postura contra el aborto y los homosexuales.
Para Carlin, los “liberales ambientalistas” metían mano en el desempeño terrestre, cuando La Tierra –para él– apenas está reciclándose como parte de su ciclo regular. Los fenómenos naturales, según decía, con la extinción de especies, siempre han existido. Que al impedir que una especie se extinga, el humano solo interfiere en un proceso vivido durante milenios. Es probable que tenga razón, en parte.
El reciente informe del Panel intergubernamental de expertos en cambio climático de Naciones Unidas, conformado por científicos, tiene una apreciación diferente: el calentamiento está sucediendo, la temperatura sube, los océanos incrementan su altura y el deshielo de los polos está afectando a todos; no hay “largos plazos”.
La humanidad en un año ha visto con desespero la crisis de la pandemia del Covid-19. Pero la vacuna llegó, gracias a la inmediata contribución científica y pese al cuestionamientos de grupos religiosos o ciertos políticos conservadores. Pero, la misma humanidad se encarga ahora de generar rebrotes de violencia y absurdo. Ahí están los talibanes imponiendo su visión religiosa y machista irracional en Afganistán. Israelitas y Palestinos enfrascados en su milenario conflicto; la hambruna en Yemen versus inútiles viajes espaciales de multimillonarios.
La crisis climática mundial, y de esto se habla poco, se debe también al acelerado crecimiento demográfico, ergo nuevos consumidores. Ecuador arroja cifras alarmantes. En 20 años nacieron el doble de personas que tiene Uruguay; que, en tanto, mantiene invariable su población en el mismo lapso. Pasamos a Cuba en 6 millones de nuevos ecuatorianos. En el mismo periodo, ese país apenas creció en un millón. Ambos países tienen un territorio relativamente similar al nuestro.
Y aquí, ciertos grupos están más preocupados de seguir blindando los combustibles fósiles con subsidios.
