Entre el 14 y 15 de abril tendrá lugar en Cartagena, Colombia, la Cumbre de las Américas que reunirá a los presidentes de los países de la región. Establecidas a fines del siglo pasado por iniciativa de Clinton, no hay a la fecha resultados trascendentes ni han mejorado la convivencia continental. Una de las causas podría ser que la elaboración de las agendas carece de participación democrática en su confección, de tal manera que solo se consideran los puntos que, a juicio de los organizadores, sean del agrado de la potencia hegemónica regional. Por ello las resoluciones se reducen a la consignación de buenos deseos y no inciden en la solución de acuciantes problemas.
En la última cumbre de los países de la ALBA, Rafael Correa planteó como condición para la concurrencia a la próxima Cumbre que en ella se aborden dos puntos: el cese del bloqueo norteamericano a Cuba, avalado por decenas de resoluciones de la ONU en tal sentido, y que se discuta la renovada presencia inglesa en las islas Malvinas, punto que también ha recibido la exhortación del máximo organismo mundial para que se entablen negociaciones, sin que Gran Bretaña lo haya acatado.
Nuestro Presidente expresó, además, que en una reunión continental Cuba debía estar presente, pues no hay razón para mantener su aislamiento. Las autoridades de la isla, al agradecer la valiente propuesta del mandatario ecuatoriano, expresaron que si se los invitaba asistirían con el respeto y posición de principios que los caracterizan.
El país anfitrión inició consultas para invitar a la isla caribeña. Casi de inmediato el Gobierno norteamericano hizo pública su negativa, basada en razones tan desfasadas como impositivas, pues lo que los gobiernos norteamericanos han dicho en realidad, durante más de 5 décadas, es que solo admitirán a Cuba si abandona el rumbo que en forma independiente y soberana tomó hace más de 50 años.
Se continúa con las prácticas de la época de la guerra fría, manteniéndose el irrespeto a la libre determinación de los pueblos. Colombia informó que no había alcanzado consenso respecto de la inclusión y Cuba señaló que le era indiferente la participación en tales condiciones.
Para que la presencia de Ecuador tenga sentido, es indispensable que se discutan los temas propuestos: la presencia de Cuba en futuras reuniones y la solidaridad con Argentina por las Malvinas. Caso contrario sería innecesaria la concurrencia y la continuidad de tales encuentros.
