En Alemania, reducida a escombros tras la ocupación aliada, se imponía el trueque. En Japón, con dos detonaciones atómicas en tres días, la gente literalmente se moría de hambre. El apocalipsis de una guerra mundial no termina con las banderas blancas sino con la recuperación económica, y la pesadilla del Covid-19 se prolongará más allá de la emergencia sanitaria.
¿Cómo se levantó Alemania de la devastación? Aplicando una estrategia que combinaba una nueva moneda (más fuerte), con la liberación de los precios y salarios, y una reducción histórica de los impuestos. Se perdieron los ahorros, pero también se redujeron radicalmente la inflación, el desempleo y la escasez.
En Ecuador ya tenemos una moneda que evitará el arribo de la hiperinflación que sí vivirán otros países. Podríamos complementarla con parte de la receta alemana que apostaba por los empleadores y contrajo la carga fiscal a los contribuyentes de a pie en más del 60%.
Y si replicamos al Japón de la postguerra, deberíamos eliminar subsidios y la mayoría de programas de crédito. Allí se priorizaba el dinero para los “proyectos estratégicos” como la minería, la agricultura y las industrias siderúrgica y textil. Muchas fábricas se reinventaron y cambiaron de línea de producción para atender al mercado interno.
Claro que Ecuador no tiene ahorros ni la capacidad de devaluar. Tampoco se avizora un auge petrolero ni un flujo de caja milagroso. Lo que sí vamos a tener, de manera muy limitada, es algún salvavidas de los organismos internacionales. No será mucho, pero tampoco debería malgastarse en gasto corriente sino en nutrir una política de sostenibilidad.
El Plan Marshall impulsado por EEUU, sin ser una fuente inagotable de dinero, fue un incentivo para las economías de Europa occidental. En el caso de Alemania representaba apenas el 5% de los ingresos del país, pero se inyectó directamente a la industria.
Con el fin de la guerra deben aparecer las treguas. Los sindicatos japoneses aceptaron que se pague poco a cambio de una estabilidad laboral de larga data. En Ecuador urge formalizar ese acuerdo nacional de las empresas con acreedores, trabajadores y proveedores. El objetivo en Alemania y Japón fue proteger el empleo para mantener el consumo y garantizar la producción. Solo así resucitaron. (O)
