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El Telégrafo
César Hermida

Desconsuelos y esperanzas

29 de septiembre de 2018 - 00:00

En 1901 se dividió el Partido Liberal. Eloy Alfaro ya no sería el líder sino el jefe de una fracción.  Leonidas Plaza “desalfarizaría” al liberalismo. Peralta y los alfaristas que permanecieron junto a don Eloy juzgaron que Plaza, Calle y otros los traicionaron.

Siempre, los que se sienten víctimas de traición la explican y la sufren, mientras los que se benefician de ella la justifican. Luego regresó don Eloy como presidente por otro período, 2006 a 2011. Pero sus enemigos no descansaron en su odio y persecución hasta que se cometió el magnicidio en enero de 2012.

La mayoría de ecuatorianos sintió orgullo por los logros en el período 2007 a 2017, por eso votó y triunfó con el movimiento Patria Altiva i Soberana (PAIS). Son ejemplos la construcción de la unidad latinoamericana, Celac, la sudamericana, Unasur, para enfrentar a la poderosa voluntad del imperio, la autoestima alta por las expresiones de dignidad, las inversiones en infraestructura y programas sociales de educación y salud.

Pero luego del triunfo para que esas políticas continúen, en 2017, se produce un desconsolador cambio de rumbo.  Se aplica la política de los perdedores, en economía, en política internacional, en todo. Y se inicia la persecución a líderes y dirigentes del Gobierno anterior. El odio de los antiguos opositores y de los nuevos colaboradores aflora de modo increíble.

Para mayor desconsuelo, el Ministro de la Política asegura que se trata de un gobierno de izquierda. El embajador de la potencia conocida aparece en todo lado. Visita el país su Vicepresidente. Se reciben aviones de control. Un barco militar atenderá un puñado de casos. Caridad y control con los subdesarrollados subyugados.

El Fondo Monetario, Banco Mundial e Interamericano, empresarios, banqueros, dueños de medios, están felices con la nueva política. Pero hasta quienes criticaban la gestión anterior no salen de su asombro. Alguien que nunca ocupó cargo nacional importante dicta ahora los nombres de nuevos directivos.

Los ciclos políticos dan la vuelta. No habrá magnicidio, aunque temerariamente se proponga. La espera, que es esperanza, acabará con el desconsuelo. (O)

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