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El Telégrafo
Leonardo Vicuña Izquierdo

Derecha offshore continental golpista

11 de mayo de 2016 - 00:00

Desde el triunfo de la Revolución Cubana (1959) la derecha continental, liderada por los gobiernos de EE.UU. y los órganos represivos y de dominación que controla (CIA, AID, SIP, FMI, etc.) no han cesado en su intento de frenar la lucha de los pueblos por su liberación y la independencia de los países.

Ha hecho de todo para el efecto. Crearon la Alianza para el Progreso (1962), el aislamiento y bloqueo criminal de Cuba; la represión sangrienta con dictaduras militares (Pinochet, Videla, Barrientos, Garrastazú, entre otros criminales), invasiones (Nicaragua, República Dominicana, Granada, Panamá) y golpes de Estado (Chile, Ecuador, Argentina, Bolivia, Brasil, Honduras, Paraguay), asesinato de presidentes, (Allende Torrijos, Roldós), políticas económicas neoliberales, controles financieros y comerciales ultraexplotativos (desplome de precios del petróleo y otras materias primas), convirtieron la región en la más inequitativa del mundo.

Los pueblos han resistido, han salido victoriosos, han elegido gobiernos progresistas y revolucionarios. Nicaragua, Venezuela, Bolivia, Uruguay, Ecuador, Brasil, Argentina, Chile, El Salvador son los casos más sonados. Han realizado cambios importantes, en algunos casos profundos; el apoyo popular ha sido contundente; la derecha y el viejo poder oligárquico han sido golpeados fuertemente; los procesos de integración solidaria se profundizaron, tales son los casos de Unasur, Celac y la Alba. Se busca convertir a la región en ‘zona de paz’.

Por todo ello, la derecha se reconstituye; el plan continental de restauración conservadora persiste en sus afanes golpistas. Y su agenda es agresiva. En Venezuela, el pueblo bolivariano resiste la acción oligárquica imperialista que se ha expresado con violencia; incluso en la reiterada y torpe decisión del Gobierno de EE.UU. de calificarla como “una amenaza inusual y extraordinaria” para su seguridad nacional. ¡Puro golpismo!

En Brasil se busca consolidar un golpe de Estado ‘constitucional’ para poner en la presidencia a un financista corrupto. Las intentonas golpistas en Ecuador han sido claras, antes con el 30-S y después con las manifestaciones y marchas violentas apoyadas por grandes propietarios, medios y banqueros, multinacionales de la comunicación y sus sirvientes, petroleros, político-militares.

Argentina y el grupo financiero del presidente Macri, vinculados al tráfico evasor-especulativo con los paraísos fiscales, táctica compartida del poder oligárquico mundial, que ha quedado masivamente al descubierto. En tan poco tiempo el gobierno ultrarreaccionario argentino mostró la agenda de la matriz internacional neoliberal de las burguesías.

La derecha, vinculada al capital financiero, en su insaciable afán de explotación y lucro, solo tiene una propuesta: más explotación laboral, políticas de ajuste del FMI, salvatajes bancarios, ‘libre’ comercio, ‘libre’ mercado, zonas francas, inversión extranjera indiscriminada, soberanía de papel, más ganancias y cero tributación para los poderosos.

El resto es pura hipocresía; no hay posibilidades de acuerdos, menos de unidad para consolidar las débiles democracias. La derecha quiere barrer las conquistas logradas en el campo de la justicia social, soberanía, integración y la gestación de un auténtico poder popular.

Las fuerzas progresistas tienen el deber histórico de mejorar su organización, ampliar su gestión con sentido democrático, flexibilizando sus políticas de alianzas para frenar la ofensiva recolonizadora conservadora de la derecha offshore. (O)

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