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El 11 de abril de 2021 será un día histórico en la vida republicana de nuestro país, porque nos jugamos su futuro. No se trata en este momento de votar por uno u otro candidato. Se trata de votar por continuar con un país corroído en su institucionalidad a punto de la disolución nacional y por quienes “vienen por más”o de votar por alguien que tiene, la posibilidad de empezar su reconstrucción en todos los órdenes. Nunca compartí el criterio de que debo votar por fulano o sutano porque es el mal menor; pues he pensado y pienso que, lo que en realidad nos impulsa a votar por tal o cual candidato son los intereses que representan y que de alguna forma, así sea lejana, se acercan a los nuestros; son sus dotes personales en los que hasta su simpatía y atracción influyen, y, a lo mejor, una que otra propuesta válida, especialmente en lo económico, que es quizás lo que más interesa, y que es una deuda social que se viene arrastrando desde hace muchos años. . Otra cosa, es lo que ha sucedido cuando el candidato que sacó la mayor votación, con fraude o sin él, desarrolla en su período de cuatro años. .Algún momento, tendremos que plantearnos la discusión reflexiva y crítica de si en nuestra historia republicana, hemos tenido o no Estadistas o sólo Presidentes.
Hoy tenemos un país con la mayor crisis económica de los últimos sesenta años. Un país en el que el narcotráfico poco a poco controla territorialmente los espacios y tiene largos brazos infiltrados en la institucionalización pública y privada. Un país cubierto con el manto de la corrupción y la impunidad en casi todos los órdenes con delincuentes de cuellos de diferentes colores y rangos. Un país en el que la administración de justicia con algunas excepciones en la Corte Nacional y la Fiscalía General, hace agua por todos los costados. Un país con un sistema heredado de salud deficiente. Un sistema de educación que no está a la altura de las circunstancias pese a los esfuerzos de los maestros y de voces importantes que saben de la educación. Un país con la más alta tasa de pobreza y con una juventud sin norte.. Un país etc. etc. etc. Por ello y, por las futuras generaciones, nuestra obligación moral es votar el próximo 11 de abril por el cambio de este país que es nuestro todavía. (O)