El 10 de agosto se cumplieron 35 años del acceso al poder de Jaime Roldós, tras una paliza electoral propinada al candidato oligárquico. Hizo una gestión progresista acompañada de una política internacional soberana y murió en un accidente aéreo -según creemos millones- provocado por la CIA, al igual que el de Omar Torrijos, de Panamá.
La partidocracia utilizó una verborrea para engañar, adjetivó este período como ‘democrático’. De lo que se trató es realmente del retorno a formas burguesas de control corrupto del Estado, pérdida de soberanía, manejo subordinado y mafioso de la economía con políticas neoliberales, en su exclusivo beneficio.
Desde Osvaldo Hurtado hasta Lucio Gutiérrez, en términos generales, fue un largo período de entrega del petróleo, de perverso endeudamiento externo, ‘paquetazos’ de medidas antipopulares, devaluaciones sin fin, renegociaciones amañadas de deuda en favor de poderosas empresas (sucretización), de atracos bancarios y salvatajes.
En este período ‘democrático’ se sucedieron tres golpes de Estado, se manipuló a las FF.AA. para imponer gobiernos corruptos y postizos como el de Fabián Alarcón, constituciones hechas a la medida del interés oligárquico-imperialista; fraudes descarados; es decir, fue un período de sometimiento, traición, especulación financiera y deterioro social ambiental masivos.
En lo político, marcada inestabilidad, con 7 gobiernos en 10 años. Desde enero 2007 con Rafael Correa se inicia un período de cambios. En tan solo 8 años se han realizado 3 elecciones, incluidas 3 consultas populares. Alianza PAIS y Rafael Correa las han ganado todas; 3 elecciones consecutivas y 2 de ellas en primera vuelta.
Por ello se atormentan las trincas locales y sus jefes en el exterior. La posibilidad de una nueva reelección en 2017 es su pesadilla.
No podrán detener el proceso, los tiempos juegan a favor de los megaproyectos, soberanía, producción, justicia, democracia participativa y la acción coordinada, que no es lo mismo que concentración de poderes o manejo autoritario del Estado.
Es el boom del cambio, no del petróleo como afirman los oligarcas y las transnacionales del que lucraron. La democracia, en términos reales, tuvo cierto inicio con Roldós y se desarrolla con fuerza con Rafael Correa.
La Constitución aprobada por el pueblo sentó sus bases. Las mujeres y los jóvenes consolidan su participación. El país es soberano y la dignidad nacional, una consigna. Hay exigencias y acciones para reforzar el carácter democrático, multiétnico y pluricultural del Estado, organizar el poder popular.
El manejo económico y los recursos ahora sirven al pueblo y contribuyen al desarrollo del país.
No obstante, falta tanto por hacer en todo aspecto, se requiere más organización y búsqueda inteligente del apoyo de movimientos sociales y fuerzas políticas democráticas para que el cambio continúe.
