Cuando vamos a emprender o tenemos un negocio en crecimiento nos hacemos las preguntas: ¿bajo qué figura societaria avanzamos?, ¿qué forma jurídica es la más adecuada para mi empresa? No hay una mejor que otra, dependerá de las circunstancias de cada uno.
Para crecer de manera eficiente y sostenida es necesario contar con una estructura que integre los elementos humanos, materiales y técnicos a través de una empresa. Nuestra legislación establece diferentes tipos de compañías como: Sociedad en nombre colectivo, Sociedad en comandita simple, Sociedad de responsabilidad limitada, Sociedad anónima, Sociedad en comandita por acciones, Sociedad de economía mixta y Sociedad por acciones simplificada.
Ante este abanico de opciones para definir cuál de estas estructuras se adapta a tu negocio debemos contar con tu misión y visión, conocer cuál es el alcance económico que está tendrá, qué actividades comerciales y líneas negocios tiene y vas a implementar, el nivel de participación de los socios en caso de tenerlos, entre otros.
La estructura que escojas para tu negocio será el traje que te pongas en tu vida empresarial es por ello que necesita ser versátil, que se adapte a los cambios y circunstancias, que te permita emprender nuevas líneas de negocios o actividades, evitando altos costos en reformas o cambios de estatutos; asimismo, que ingresar un nuevo accionista o vender las acciones sea un proceso ágil y celebrar una junta o tomar decisiones sea un proceso sencillo hasta en línea.
Para escoger el “traje” societario adecuado considera que el correcto tendrá los siguientes beneficios:
- Protección Legal de tu patrimonio personal frente al patrimonio de tu negocio y sus riesgos
- Mayor credibilidad y presencia en el mercado, pues, los clientes prefieren contratar con una empresas porque les da la percepción de qué tienen más estabilidad en el mercado dado que incluso la muerte de los socios no termina el negocio porque la sociedad o empresa tiene su propio tiempo de vigencia.
- Mayor control sobre las decisiones que se tomen en el negocio porque evitas el riesgo que algún socio tome decisiones unilaterales que afecten el productivo desempeño de la empresa.
- Fácil transferencia de la propiedad del negocio, ya que, sólo transfieres las acciones o participaciones que tienes en el mismo
- Mayor facilidad para atender contratos “grandes” o contratos con el estado
- Como persona jurídica tienes más facilidad y acceso a gozar de ventajas tributarios
Finalmente, que el trámite para constituirla no te asuste porque ahora para hacerlo usas una plataforma digital y en tan sólo siete días ya la tienes lista incluso sin necesidad de acudir a una notaría y hacer escrituras públicas.
Por otro lado, si lo que buscas es unir esfuerzos con un socio para sacar adelante un único proyecto o negocio existen otras opciones legales para asegurar tu inversión y dejar las reglas claras, como un contrato de cuentas por participación o constituir un consorcio civil, entre otras.
