Quizá una de los temas que más expectativa genera el gobierno de Guillermo Lasso, es el anuncio de políticas públicas relacionadas a los derechos de las poblaciones LGBTI+; a propósito de la difusión oficial por los logros de los 100 primeros días de gestión.
La ciudadanía de la diversidad sexo-genérica se ha creado esta confianza, que igualmente involucra todo un ámbito de interseccionalidad: niñez trans sin derechos, adolescentes torturados, mujeres trans asesinadas y desempleadas; discrimen laboral, violencia en espacios públicos, leyes rezagadas, burocracia prejuiciada, lésbicas violentadas, migrantes LGBTI+ sin empleo y segregados; y un largo etcétera en esa lista de temas.
Y no todo cabe al Ejecutivo, porque en la lista mencionada, atañen temas a un Legislativo renuente a debatir y aprobar leyes, según dictaminado por la Corte Constitucional (que les podría costar hasta el puesto, según la norma) y del cual poco se señala; y el Judicial, que, pese a ciertas excepciones, sigue dejando impunes muchos delitos de odio que involucran muerte.
Pero volviendo al inicio, la expectativa de los anuncios de Lasso sigue latente en los ciudadanos LGBTI y cito sus promesas: “luchar como gobierno para que todas las personas LGBTI se sientan libres y seguras a lo largo y ancho de todo el territorio ecuatoriano”. Equipar y sensibilizar a la fuerza pública, “para atender denuncias de discriminación contra LGBTI”. Además de pedirnos confiar en las instituciones, así como ofrecernos ser escuchados en caso de tener denuncias. Ofreció aplicar “políticas para erradicar la discriminación en el trabajo, las instituciones públicas y centros educativos”. Finalmente, implementar “programas de sensibilización y respeto a la diversidad, impartidos desde el bachillerato general”.
Recordemos que Lasso fue más allá e instituyó una Subsecretaría de Diversidades, que elaborará las tan ansiadas políticas LGBTI+ de forma participativa. Hay voces críticas que serán altisonantes con razón o sin ella si eso no se cumple; pues sería agregar 4 años más a los 14 ya desperdiciados en politiquería, clientelismo, además de prejuicio gubernamental y estatal.
