Solo bastó con saber que el Tribunal Contencioso Electoral (TCE) solicitó un perito informático para que los socialcristianos en Los Ríos peguen el grito al cielo. Johnny Terán, virtual electo de la prefectura por el PSC y blanco de las denuncias del fraude informático que aseguran varios digitadores se habría producido en la provincia, salió al hilo ante los medios anunciando reuniones y manifestaciones.
Entre sus declaraciones Terán arremetió contra el pedido que hizo el TCE, pretendiendo hacer olvidar que de un fraude informático se está investigando. Repitió también lo que incansablemente repite: que el proceso ha sido “transparente”.
Así está Terán, defendiendo un proceso con irregularidades denunciadas y corroboradas en sentencias e informes, pero que para él todo es transparente. Luego de sus declaraciones saltó Pascual del Cioppo, el oficioso. Aquel que consiguió en el pleno del Consejo Nacional Electoral (CNE) se conculquen derechos.
Ahora salió a amenazar a un juez del TCE con un juicio político en la Asamblea porque no hace lo que Atamaint, Acero y Cabrera hacen cuando él se los pide. Pobre Pascual, ¿qué pretenderá? Cuando fue notorio que sus 16 legisladores no pudieron ni socorrer a Vicente Taiano de la vergüenza que pasó en la Comisión de lo laboral y ahora sale con amenazas de juicio político. ¡Ay, Pascual!
Con iguales pretensiones cuelan a Jaime Nebot en comunicados cargados de acusaciones con amenazas y que parecería los redacta el mismo Terán. Al presidenciable socialcristiano lo presentan como el pendenciero de la versión “Ven para mearte, insecto”. Tanto Del Cioppo como Johnny Terán, si de verdad les interesa la provincia, incluso sobre los resultados electorales, deberían dejar que los jueces del TCE resuelvan como todo juez debe resolver.
Sin presiones, amenazas ni intentos de sobornos, como en su momento se denunció. Todas esas reprochables acciones han propiciado la demora para conocer los verdaderos resultados de las elecciones en Los Ríos y, a estas alturas, es mejor que mantengan la calma y hagan como todos, esperando tranquilos lo que sea de venir. (O)
