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El Telégrafo
Felipe Rodríguez

Qué asco los DDHH

28 de septiembre de 2020 - 00:00

¿A usted también le dan asco los defensores de DDHH? Es que es asqueroso defender puro delincuente, ¿verdad? Hoy vamos a analizar el rol social de estos “abogados”.

El primer paso es verse en un espejo. ¿Qué ve? La imagen de una persona honrada, de un padre o madre de familia, de un humano con sueños y frustraciones. Linda imagen. ¿Pero será que todos nos ven igual?

Mañana usted, muy humanamente, atropella. Quizá fue por borrachín, quizá fue porque tuvo una baja de presión que le provocó un desmayo. Pasado mañana su rostro de asesino está en todas las redes sociales y las timoratas autoridades no preguntarán su versión, sino que se limitarán a rendir pleitesía a quienes no comparten su propio espejo.

Acto seguido va a una cárcel. ¿Piensa que tiene derecho a que no lo violen entre cuatro fortachones y un trapeador? Lamento decirle que quienes sienten asco por los DDHH pensarán que harta vaselina hará falta para vengarse de usted, el criminal.

Es curioso que quienes sienten asco por los DDHH empiezan a reclamarlos cuando son víctimas del poder. ¿O es que usted aspira que en una celda se distinga entre sus posaderas y las de un pederasta? Lea bien: los defensores de DDHH trabajan para usted. Si usted puede gritar que odia los DDHH es porque alguien peleó para que usted pueda gritar. Si un policía no puede patearle en la cabeza o si necesita orden de juez para restringir sus derechos, es porque algún defensor de DDHH dio su vida por usted.

Todos podemos ser futuros presuntos delincuentes. Todos podemos ser futuras víctimas del sistema. ¿Qué garantía tenemos? Que los defensores de DDHH proyectivamente batallen por nosotros por algo denominado: igualdad.

Los defensores de DDHH no nos distinguen entre buenos y malos. Distinguen entre humanos y piedras. ¿Debes irte preso porque “dicen” que eres delincuente? No. Debes irte preso porque probaron que eres delincuente.

Y es que su asco es un tanto histórico. También existió cuando algún loco defensor de derechos humanos combatió la tortura como método de interrogatorio, o cuando alguien se le ocurrió decir que las mujeres, negros, indios, ateos, etc. sí han sido personas, o cuando a alguno de estos dementes se le ocurrió que no está bien hornear cual pan a seres humanos en hornos.

Usted, amigo, siga sintiendo asco. Vomite si eso lo libera. Nosotros, seguiremos guerreando por usted, trabajando para que pueda sentir asco y que nadie, por más que su asco llegue al cielo, se atreva a callarlo. (O)

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