Antonio Lloret Bastidas
Ha llegado a mis manos un ejemplar del libro “Ensayos para la Memoria”, de Antonio Lloret Bastidas, ilustre hijo de Cuenca, con ocasión del centenario de su nacimiento, quien se destacó como educador, periodista, poeta, historiador y cronista vitalicio de su ciudad.
Tuve el privilegio de conocerle a Don Antonio Lloret Bastidas. Nuestros coloquios fueron magníficos y profundos, porque Lloret no solo era un apasionado de la historia –especialmente de Cuenca- sino un periodista crítico de acicalada formación humanista y profesional, que en todos los espacios en los que se desenvolvió aportó con sabiduría y gracejo, como los mejores personajes de Cuenca, a quienes dedicó deliciosas páginas como “Cuencanerías”, “La biografía de Cuenca”, “Antología de la poesía cuencana”, entre otras.
Lloret Bastidas nació en Cuenca en 1920 y falleció en 2000. En el libro “Ensayos para la memoria” –publicado con ocasión de Bicentenario de la “Atenas del Ecuador”- se recoge lo mejor de su producción intelectual, sus estudios e investigaciones que dieron pie a refrendar la cultura de Cuenca en el escenario nacional e internacional.
En el prólogo de esta obra escribe Mario Jaramillo Paredes, ex ministro de Educación y ex rector de la Universidad del Azuay: “Formado en la naciente Facultad de Filosofía de la Universidad de Cuenca, Lloret ejerció la docencia y el periodismo militante. Pero al mismo tiempo investigó en el campo de la historia, dejando ensayos que son fundamentales para conocer mejor nuestro pasado. La familia Lloret Bastidas, con la publicación de este libro hace un doble homenaje: a la ciudad de Cuenca, en el Bicentenario de su Independencia, y a Antonio, en recuerdo de los cien años de su nacimiento”.
Lloret Bastidas publicó más de veinte obras, muchas inéditas, poesías y numerosos ensayos en diarios de Cuenca. Su obra ha sido reconocida por las Academias de la Lengua e Historia, pero más allá de su estimable producción intelectual está su estatura moral, su posición irreconciliable con el poder, la apertura a una investigación científica de la realidad, y sobre todo a su liderazgo ético de servicio público, como maestro de varias generaciones de ecuatorianos.
Nuestro saludo y felicitación a la familia y allegados del escritor, y en especial a su hijo Eugenio Lloret Orellana, editor de tan magnífico tratado. (O)
