Los A´i Cofán de Sinangoe conforman un pueblo ancestral de aproximadamente 720 personas, asentadas en el norte de la región amazónica, perteneciente al territorio de Ecuador.
Su modo de vida es cazador, recolector y agrícola itinerante. Para mantenerse y reproducirse como grupo social, las familias necesitan que los ecosistemas mantengan intactas sus cadenas tróficas, por ello han creado la idea de que la naturaleza es un ser envolvente que hay que conservar. En ese contexto, demandaron una protección y acción para revertir las nuevas concesiones mineras que estaban destruyendo la selva amazónica.
El 22 de octubre la justicia ecuatoriana, por medio de un juez de la Corte de la provincia de Sucumbíos, concedió la acción de protección a la naturaleza y al pueblo amazónico A´i Cofán de Sinangoe. Determinó que las concesiones mineras auríferas, en alrededor de 32.000 hectáreas, violan tanto los derechos de la naturaleza, como los de los pueblos amazónicos, amenazados por la contaminación de los ríos Cofanes, Chingual y Aguarico, por lo que el Estado debe revertir los permisos concedidos y emprender la reparación de los daños ocasionados.
La acción de protección concedida, constituye un acontecimiento de trascendencia mundial, porque atañe a la efectivización de dos derechos singulares inscritos en la Constitución de Montecristi, que reconocen a los colectivos y a la naturaleza, como sujetos, rompiendo el concepto occidental, que considera solo al individuo humano como beneficiario de amparo, y reflejando la cultura de los pueblos amerindios, para los cuales el único ser superior es la Madre Tierra, dentro de la cual perviven varias comunidades interdependientes, entre ellas la comunidad humana, como una más.
De la selva ha salido la luz. La acción del pueblo A´i Cofán Sinangoe debe ser apreciada dentro de la lucha global para instaurar un nuevo modo de vida justo y armónico, que supere la ideología desarrollista y el imaginario del PIB, que impulsan la extracción de materias primas con el propósito de producir cada vez más mercancía, afectando a la naturaleza y acechando la vida del presente y del futuro.
Un relato amazónico cuenta que después del diluvio, el dios Chiga trajo un paquete envuelto en hojas que entregó a los hombres. Entonces la tierra se convirtió en selva. (O)
