No podemos dejar de agradecer a quienes apoyaron el proceso de control político y participación ciudadana, que por primera vez permitió que los quiteños y quiteñas hagamos válidos nuestros derechos, para llevar adelante un proceso de remoción por incumplimiento de funciones del Alcalde Capitalino.
Desde esta trinchera, seguiremos promoviendo e impulsando la construcción de una agenda emergente para suplir las necesidades y prioridades de los capitalinos; pero también una Agenda Ciudad que pueda trabajar las expectativas a futuro del Quito que anhelamos; es menester aclarar entonces que nuestro trabajo seguirá siendo ciudadano y por lo tanto no somos ni haremos parte de la nueva administración municipal.
Para trazar el futuro de nuestra ciudad es pertinente invitar a todos los actores sociales, políticos, lideres gremiales, trabajadores, profesionales, jóvenes, dirigentes, líderes de opinión, y medios de comunicación a ser parte de este proyecto.
En esta construcción colectiva se deben repensar temas como la reactivación económica y productiva a través de un plan empleo y políticas de formalización de la economía. Urge adoptar decisiones orientadas a reducir el impacto ambiental, calidad del aire y tratamiento de residuos. La seguridad debe enfocarse en la prevención del delito. Y finalmente debemos hacer realidad la democratización del transporte público.
El eje salud debe tener un tratamiento especial, pues aunque vacunarnos es urgente, se debe tratar el alarmante incremento de suicidios y para ello el Municipio puede trabajar en políticas de salud mental, atención psicológica y prevención.
Nada de esto se logrará en dos años, por ello la alcaldía de transición debe comprometerse en sentar las bases de la institucionalidad, empezar por poner en orden la casa y ejecutar la reestructura del aparato municipal.
Hay mucho por hacer para volver a Quito una gran metrópoli, y debemos unir todas nuestras ideas para lograrlo.