Va contra la lógica el que las ecuatorianas estén vetadas de la opción de abortar, hasta un momento fijado del período de gestación, cuando por diversas razones encuentran, como seres racionales que son, que no pueden proseguir un embarazo.
Ofende aun más que no tengan posibilidad de interrumpir su gestación las mujeres violadas, las chicas que han sufrido incesto y las embarazadas que saben que el ser en formación padece malformaciones. Prohibir esta opción implica considerar a las mujeres como seres inhábiles.
¿Seres inhábiles para autogobernarse podrían ser las niñas, las jóvenes, las mujeres discapacitadas? Si no estuvieran ellas en condición de regir sobre sí mismas, ¿no merecerían protección especial de las instituciones? Lejos de eso, la población femenina más vulnerable es la más expuesta a la pobreza y los abusos cotidianos.
Para una menor de edad violada y/o víctima de incesto, un embarazo es el nuevo castigo que recibe tras haber sido penetrada a la fuerza. Una niña amamantada con la violencia y los golpes, con la humillación y el dominio total ejercido sobre su propio ser, su cuerpo, no está en condiciones fisiológicas ni psicológicas de enfrentar un embarazo ni un parto.
“¡Someter a una niña a un aborto!”, dicen los hipócritas, cuando lo que debería horrorizar es haberlas sometido a las violaciones. Intervenir en el cuerpo de una niña embarazada como resultado de un abuso es la única salida terapéutica humanista y compasiva, y debería ser el inicio de una nueva vida.
En los países que promocionan el desarrollo de personas con todo tipo de discapacidad, se permite que las mujeres adultas decidan continuar o interrumpir el embarazo si el feto presenta malformaciones. ¿No es justo que la mujer decida si su embarazo no es viable? Lo es, pues solo ella sabe si está lista para tener un bebé cuyo desarrollo sería traumático y doloroso.
En todos los casos, incluso el de las niñas sometidas a la autoridad de los adultos, abortar en casos de violación, incesto y malformación no es mandatorio. Exigimos que sea una posibilidad legal. (O)
