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El Telégrafo

Andy, un perfeccionista exagerado

22 de octubre de 2011 - 00:00

Esta semana en el tenis mundial  hubo un cambio importante en la clasificación ATP, el escocés Andy Murray subió al tercer lugar del escalafón mundial, desplazando a Roger Federer al cuarto puesto (su posición más baja dentro del ranking en los últimos 8 años).

Desde el torneo Masters Series de Cincinnati, en el cual venció a Novak Djokovic en la final, Murray viene acumulando una impresionante racha de victorias y títulos. Desde esa fecha contabiliza 25 triunfos y solamente una derrota, la que sufrió en la semifinal del abierto de los Estados Unidos contra Rafael Nadal.

Con estos últimos resultados  se postula junto a Nadal como un serio contendiente  a la corona que ostenta el serbio desde el pasado julio.

Su desempeño en las tres semanas de la gira asiática fue prácticamente perfecto, coronándose campeón en Bangkok, Tokyo (donde también ganó en dobles con su hermano Jamie) y superó en la final a Nadal con un contundente 6–0 en el set decisivo, y el Masters 1.000 de Shanghai; una racha verdaderamente impresionante.

Pero, ¿qué significan estos triunfos para la carrera de Murray? No es la primera vez que obtiene campeonatos importantes, ya tiene acumulados un total de 8 títulos Masters 1000; 21 títulos en su carrera y tiene victorias sobre sus principales rivales: Djokovic, Nadal  y Federer, además, terminó el 2010 como # 4 del mundo por tercer año consecutivo, llegó a ser # 2 en agosto del 2009, solamente le falta ese elusivo título de Grand Slam, pero ese es justamente el más difícil de conseguir.

Murray ha caído ya tres veces en las finales de estos torneos, dos veces en el abierto australiano y una en el US Open, lo cual demuestra que no está lejos de lograrlo; sin embargo, ese último escalón es generalmente el más difícil de subir, como lo pueden corroborar grandes campeones como Ivan Lendl y André Agassi.

Lendl había perdido las finales de Roland Garros 1981, abierto de Australia 1983  y había sido muy criticado por sus derrotas ante Jimmy Connors en las finales del abierto de los Estados Unidos 1982 y  1983. Muchos entendidos decían que era un gran jugador, pero sin alma de campeón, como todos sabemos  eso cambió cuando Lendl derrotó a John McEnroe en la final de Roland Garros 1984, tras remontar una desventaja de 2 sets a 0, culminando su carrera con  8 torneos de Grand Slam y muchos años como #1 del tenis mundial.

Un caso similar el de Agassi, quien al igual que Murray perdió las tres primeras finales de Grand Slam que alcanzó, Roland Garros 1990 (contra Andrés Gómez) y 1991 (contra Jim Courier), y US Open 1991, habiendo llegado como favorito a todas. Fue acusado también de no tener corazón; sin embargo,  todo eso cambió con su primera corona en Wimbledon 1992, luego de la cual sumaría 7 más y también llegaría a ser el mejor jugador del mundo, en ambos casos se pueden ver similitudes con lo que es la carrera del británico hasta este momento.

Andy se tiene que sentir identificado con ellos en estos momentos  y debe estar pensando que ojalá su recorrido se asemeje al de estos grandes de la historia del deporte blanco.

Recuerdo haber visto por primera vez a Murray en el 2005, en los torneos Challenger de La Serena y Santiago de Chile, a los que viajé como entrenador del paraguayo Ramón Delgado, Andy era muy joven, todavía no cumplía los 18 años  y viajaba con el colombiano William “Pato” Álvarez , con quien entrenaba en la academia Sánchez-Casal en Barcelona, donde había hecho su base de entrenamiento desde que tenía 15 años.

Recuerdo que en La Serena entrenaron juntos Murray y Delgado varios días, muy temprano por la mañana; el talento estaba a la vista, ya a esa corta edad era notoria su inteligencia táctica; también se veía que era bastante temperamental, rebelde, mas ya a esa corta edad Álvarez lo veía como un futuro Top 10, y vaya que tuvo razón, a pesar de que a los pocos meses terminaron su relación de trabajo.

Es que Andy a muy corta edad ya mostraba muchas condiciones y mentalidad triunfadora; se impuso en el US Open 2004 en la categoría juvenil, pero ya el año anterior había ganado con solo 16 años su primer título profesional, en el torneo Future de Glasgow, Escocia, su tierra natal.

En el 2005 obtuvo su primer torneo ATP, el Conde de Godó en Barcelona, ciudad en la que vivía en ese momento; debutó en copa Davis ese mismo año  con una victoria en dobles sobre los israelitas Ehrlich y Ram, convirtiéndose en el jugador británico más joven en representar a ese país, con 17 años y 293 días.

Mi opinión personal es que Murray es un luchador que ha sabido sobreponerse a los reveses que ha tenido a lo largo de su carrera, y en su vida personal, recordemos que él vivió muy de cerca la tragedia ocurrida en su ciudad natal, en la que un  desequlibrado mental irrumpió en el gimnasio de la escuela primaria de Dunblane, armado con dos pistolas y dos revólveres, comenzó a disparar y terminó con la vida de 16 niños de 5 años, un profesor, hirió a otros 15 niños y finalmente se suicidó.

Andy, con 8 años en ese entonces, y su hermano Jaime de 9 estaban en camino al gimnasio, y al escuchar los disparos se escondieron bajo  un escritorio en la oficina del director, quedando muy afectado, ya que él y  su familia conocían personalmente al asesino.

Sin embargo, muchos entendidos ponen en tela de duda su fortaleza mental, tal vez dejándose llevar por lo que ven de lejos, pues muchas veces en la cancha se lo ve enojado, disgustado consigo mismo, peleando con su equipo de trabajo; pocas veces se lo observa disfrutando de la competencia, mas esto tal vez se debe a que es un perfeccionista, que muy pocas veces está satisfecho con su rendimiento.

Como ejemplo de esto podemos citar una de sus declaraciones a la prensa, en la que dijo “Si tomamos en cuenta solamente los Grand Slams, mi carrera ha sido terrible”, palabras muy duras, teniendo en cuenta que además de las tres finales disputadas en este 2011, alcanzó las semifinales en los cuatro grandes (Australia, Francia, Wimbledon, Estados Unidos).

Es tal vez perfeccionismo  exagerado el que muchas veces en los partidos más importantes, contra los Nadal, Federer, Djokovic, lo lleva a jugar demasiado conservador, a jugar  solo a no cometer errores, sin salir a buscar el partido de una manera más agresiva, que es el juego que lo va a llevar a ganar esos grandes títulos; él tiene las armas, como el servicio, la devolución, la volea, y es uno de los que mejor defiende, si a eso le suma jugar más cerca de la línea de base, jugar su derecha más agresiva, y subir más a cerrar puntos cerca de la red; esos ansiados títulos de Grand Slam van a llegar muy pronto, ese es el anhelo de todos los británicos que esperan su primer campeón desde que Fred Perry ganara Wimbledon en 1934, 1935, 1936, y tienen depositadas todas sus esperanzas en Andy. ¿Podrá él responder a esa presión y esas expectativas propias y ajenas? Yo pienso que puede lograrlo y que quizá está más cerca de lo que pensamos.

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