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Ventajas y desventajas en ese fenómeno llamado autopublicación

Ventajas y desventajas  en ese fenómeno llamado autopublicación
09 de junio de 2018 - 00:00 - María del Pilar Cobo

Autopublicar quiere decir que el mismo autor publica su libro, prescindiendo de los actores de la cadena editorial tradicional. En estos casos, quien decide publicar cumple las funciones de editor, corrector, diagramador y distribuidor. Este fenómeno no es nuevo, lo podemos rastrear desde los primeros libros: en muchas ocasiones los propios autores han puesto en circulación sus textos, haciéndose cargo de todo el proceso de edición y distribución, algunos con éxito y ganancias, y otros con pérdidas y fracaso.

Hoy, con el avance de la tecnología, la autoedición ha aumentado de forma considerable. Cada vez más autores deciden prescindir de la cadena editorial. Como todos los procesos, este tiene ventajas y desventajas.

En primer lugar, las ventajas suelen ser para el autor: este decide qué publica y cuándo; controla el proceso; evalúa los mejores canales de distribución; puede llegar a un público más amplio; elige qué decir y cómo. Debido a la existencia de muchas plataformas para autopublicar (Amazon es la más grande), el autor ni siquiera necesita imprimir su libro, basta con invertir en circulación y promoción. En muchos casos, los autores que autopublican imprimen sus libros bajo demanda, cuando el cliente/lector lo solicita.

La autopublicación implica además una mayor ganancia por derechos de autor, pues quien publica en editoriales tradicionales no suele recibir muchas regalías por sus textos. Otra ventaja de la autopublicación es que, en muchas ocasiones, puede ser una plataforma para que el autor logre posicionarse en el mercado tradicional del libro, pues las editoriales suelen estar a la caza de autores que ya tienen relativa fama como autopublicados.

Pero la autopublicación puede ser también un arma de doble filo para el mismo autor. Al no pasar por un proceso de evaluación y por los diversos filtros que implica la cadena editorial, puede llegar a publicar algo mediocre.

He visto casos de autores que publican, literalmente, cualquier cosa, porque creen que son buenos. Se admira la autoestima y la confianza en su propio trabajo, pero creo que muchos podrían ahorrarse el bochorno (y el dinero, si publican en papel) si recurrieran a un editor o a un corrector de textos. Si bien la autopublicación tiene ventajas, muchas veces solo es producto de la vanidad de los autores; se publica para satisfacer el ego y no se piensa en los lectores.

No hay fórmula mágica para tener éxito con la autopublicación. A algunos autores les resulta un gran negocio y una gran plataforma, pero a otros no. Y como esta tendencia seguirá aumentando, es importante pensar que la cadena editorial no existe por capricho de alguien a quien se le ocurrió crear trabajos, sino porque cada uno de sus actores cumple un papel importante y especializado para lograr que el producto llegue adecuadamente al lector. Tal vez con fenómenos como la autopublicación sea el momento de considerar a la cadena editorial tradicional y dotarla de nuevos matices y nuevas formas de especializarse. Publicar por cuenta propia puede ser productivo, pero hay que tener cuidado: los lectores merecen contenido de calidad. 

Apuntes

Adverbios relativos

 Significan lo mismo

Los adverbios a donde y adonde se pueden emplear indistintamente con el mismo sentido.

En los medios de comunicación se leen frases como «Nos dirigimos a donde están ellos», «Estas personas no tienen otro lugar adonde ir» o «El desacato a la ley no debe tener cabida en escenarios deportivos, adonde se acude para disfrutar de un espectáculo».

Según la Ortografía de la lengua española, los adverbios relativos de lugar a donde y adonde, que expresan la dirección de un movimiento, son formas correctas e intercambiables en todos los contextos, tanto si está expreso el antecedente («No recuerdo la sala adonde nos llevaron») como si no lo está («Vamos a donde nos lleve la investigación»).

De este modo, los tres ejemplos iniciales son adecuados.

Cabe recordar que, de igual manera, se aceptan estas dos grafías para los adverbios interrogativos o exclamativos adónde y a dónde.  

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