Ecuador, 24 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

La inocencia en la edad de la inocencia

La inocencia en la edad de la inocencia
02 de septiembre de 2013 - 00:00

The Hunt es una película incómoda. Alberto Abún en Blog de cine ya calificó de terrible a la premisa sobre la que se desarrolla esta historia danesa: Lucas trabaja en una guardería hasta que una niña, la hija de su mejor amigo, a la que traía siempre de la mano, le acusa tibiamente ante la directora de abuso sexual. Y, ya se sabe, los niños nunca mienten. Menos en estos tiempos de hipocresía y sobreprotección en los que la autoridad nunca tiene la razón. “¿O esperas, Lucas, que piense que mi hija Clara no dice la verdad?”.

 

Nuestra pequeña lógica funciona siempre con bandos enfrentados y en este caso lo difícil es tomar partido. No nos consta la culpabilidad de Lucas. Más bien vemos su desesperación y perplejidad ante la avalancha que nota que le cae poco a poco. Por otro lado tenemos a la dueña de la guardería que se apresura a socializar el tema con las familias de su institución educativa y a dejar el tema en manos de la policía. “Aplicaremos las normas exactamente como las dice la ley municipal”. Comprensible. También tenemos a los padres de la niña —el mejor amigo de Lucas— que no pueden creer que su honor haya sido afectado de tal manera y miran como criminal a quien antes recibían varias veces a la semana en su mesa. Comprensible. A su novia que llega a sospechar que está frente a una mente retorcida. A todos los habitantes del pequeño pueblo que entran a formar parte de una demencia colectiva que no tiene problema para extirpar el elemento enfermo a puñetazo limpio. Lucas se queda solo. No nos queda otra opción que constatar una injusticia en la que aparentemente no hay a quién echar encima la culpa.

 

Pero la verdadera pregunta es: ¿qué hace que una niña se invente detalles sexuales que podrían hacer pensar en una violación? ¿Qué demonios le está haciendo el mundo a esa infancia? El título —la caza– hace referencia en un primer nivel de significado al rito con el que un joven pasaba al mundo adulto en la pequeña localidad danesa en la que se desarrolla la trama: recibía el rifle para disparar venados y salía con los mayores. En un segundo nivel hace referencia al proceso de aniquilación que emprende la sociedad en contra de Lucas. Y en un tercer nivel —y este es el interesante— alude a disparar en contra de cada uno de nosotros para que sintamos el dolor de la pérdida de la inocencia a edades inauditas. Edades en las cuales no se puede perder la inocencia, sino solo mezclarla con los ingredientes que forzadamente entran en sus cabezas como, en este caso, la pornografía. Claro, puede que Lucas no sea el culpable de nada. Pero alguien tiene que ser sacrificado en aras de la purificación de una masa histérica que no puede encarar la verdadera raíz del problema.

 

Thomas Vinterberg, el director y coguionista de The Hunt, fue conocido inicialmente en los noventa por fundar el colectivo cinematográfico Dogma 95 junto a su compatriota Lars von Trier. Buscaban huir de los grandes presupuestos para producir cine y elaboraron un manifiesto con reglas como solo rodar en locaciones reales, no usar iluminación artificial ni mezclar sonidos, o nunca incluir en la cinta el nombre del director. Ahora ambos están alejados de esos principios —de hecho nunca los respetaron en su integridad— pero Vinterberg en esta cinta crea una atmósfera helada, realista, con una utilización excelente de los planos naturales que ofrece un invierno en los países del norte europeo, como para congelar aún más las relaciones humanas.

 

Desde la Antigüedad se ha diferenciado al hombre de los animales por nuestra capacidad de articular palabras que hagan posible la comunicación. The Hunt también nos plantea ese conflicto: la incapacidad —¿solo nórdica?— de sentarse a conversar con otra persona y aclarar las cosas. Sin pasiones ni prejuicios. Solo con la verdad y la confianza encima de la mesa. Porque muchos de nuestros problemas parten simplemente de la falta de diálogo. Pero dentro de esta trampa siempre surge alguna verdadera amistad a prueba de los demás. Un hijo y un amigo que no dudan. Todo enmarcado en el tiempo de encuentro que representa siempre —incluso esta vez— la Navidad.

 

En el guion quedan algunas cosas que se podrían haber resuelto mejor, sobre todo la que concierne a la vida afectiva de Lucas y en general a los personajes secundarios. Pero hay que entender que se traba de una historia que descarga todo su peso sobre el extraordinario trabajo de Mads Mikkelsen —más conocido por ser el Dr. Hannibal Lecter en la serie homónima— que ya le valió el premio al Mejor Actor Principal en Cannes.

Para estar siempre al día con lo último en noticias, suscríbete a nuestro Canal de WhatsApp.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media