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La Flor Azul de Murakami...... “¿Qué clase de realidad imita una metáfora?”

La Flor Azul de Murakami...... “¿Qué clase de realidad imita una metáfora?”
10 de febrero de 2013 - 00:00

“Una historia, en algún sentido, no es algo de este mundo. Una verdadera historia
requiere un bautismo mágico que conecte este mundo con el otro…”
Haruki Murakami (Sputnik mi amor)

10-02-13-cartonpiedra-murakamiSi encuentra un libro de Haruki Murakami, piense dos veces antes de abrirlo. En la contratapa de todas sus publicaciones debería venir adherido un texto que diga: “No se extrañe si después de leer este libro los gatos empiezan a hablarle, o encuentra a la mujer de sus sueños metida en su cama... Si se topa con un pozo, luche contra el sentimiento de atracción y no descienda en él, si lo hace, aténgase a las consecuencias... Si el teléfono suena, no lo conteste: levantar el auricular sería desactivar una bomba. Cuando abra la ventana por la noche no se sorprenda si encuentra dos lunas flotando en el cielo...".

Yo no busqué a Murakami, como sucede con las mejores cosas, me llegó. Un amigo me regaló Kafka en la orilla por mi cumpleaños. La verdad, no estaba en mis planes leerlo en ese momento, esos días estaba ocupada y el libro era muy grueso. Sin embargo, apenas abrí la primera página para “ojearlo”, ya no pude detenerme, y cuando me faltaba poco para terminarlo, ya había comprado el siguiente, para evitar el síndrome de abstinencia. No hay nada que hacer: Murakami es adictivo.  

Pero, ¿qué hay en sus páginas que hace que te encierres a leer, evitando todo contacto con el mundo exterior, para adentrarte en el universo de sus historias?

Haruki Murakami nació en Kioto, en 1949, pero vivió gran parte de su vida en Kobe. Desde la juventud, estuvo influenciado por la cultura occidental, en particular, por la música y literatura. Trabajó en una tienda de discos (tal como uno de sus personajes principales, ToruWatanabe de Norwegian Wood). Esta influencia occidental ha llevado a muchos japoneses a tacharlo de escritor pop, sin embargo, dentro de ese realismo que raya en lo light, hay un mundo fantástico en el que seres mitológicos dan cuenta de una tradición japonesa muy antigua. Quizás sea esta mezcla cultural la que hace única a su literatura. Sus historias hablan de un mundo occidental que funciona bajo una lógica oriental. Así, su universo literario oscila permanentemente entre lo real y lo místico: mientras hay un mundo cotidiano en el que personajes pop deambulan por el gran Tokio, toman copas en las barras de los hoteles, jalan dedo en las autopistas mientras escuchan rock n’ roll, algo germina en alguna parte, quizá muy adentro de la tierra, dentro de un pozo, donde las paredes se abren, las personas desaparecen sin dar explicación y un gato pasa escondiendo en sus ojos el mapa del secreto.      

¿Qué hay debajo de las historias pop?, ¿qué es eso que las separa del realismo?
Muchos lo tachan de surrealista, yo no concuerdo con esto. El surrealismo se basa en el absurdo, en la ausencia de lógica, y, por ende, de destino; también tiene un lado irreverente al crear un mundo que es claramente opuesto al real. Otros, al leer Murakami, dicen "¡qué ingenioso para inventar!", esta frase suena aún peor. Personalmente creo que todo escritor que tenga una búsqueda comprometida habla de lo que conoce. Entonces, ¿qué es exactamente ese universo ambiguo que no es realista? Para explicarlo, quiero hacer una cita.

“En Heinrich von Ofterdingen, Novalis cuenta la historia de un joven que cada noche sueña con una hermosa flor azul. Cuando despierta, la realidad lo aburre, pues no hace otra cosa que recordar su sueño. La flor azul es el símbolo romántico de la belleza y lo imposible. Sin embargo, una mañana, cuando Heinrich von Ofterdingen despierta, encuentra la flor al lado de su almohada. Así, la flor azul se convierte en el símbolo de la unión entre el sueño y la vigilia”.

La literatura de Murakami está llena de flores azules, él no hace una distinción entre los dos mundos, sino que los une creando un espacio-tiempo en el que lo onírico y lo real coexiste en una sola realidad.

Las tendencias occidentales han asociado al mito con la palabra ficción. Sin embargo, en la cultura japonesa, la palabra mito quiere decir simplemente: “historia oral sobre Dioses”. La cosmovisión japonesa siempre ha estado vinculada al culto de los antepasados en el que se borraba la distinción entre este mundo y el de más allá:

“Las tinieblas del mundo exterior han desaparecido, pero las tinieblas de nuestra alma continúan inalteradas. Una gran parte de lo que llamamos yo o consciencia permanece oculta en el Reino de las tinieblas”.
(Kafka en la Orilla, p. 346)

En Murakami, los personajes cumplen una función principal del mito: transmitir verdades existenciales.

Quiero citar algunos casos en los que Haruki Murakami habla de estos personajes espectrales, duales, mitológicos.   

Kafka en la orilla (2002) cuenta dos historias paralelas que se vinculan de manera extraña. En la primera, Kafka Tamura, el protagonista, escapa de su casa el día que cumple 15 años; hace un viaje para encontrar a su madre y su hermana, quienes lo abandonaron cuando era niño. Alguna vez, su padre le advierte que un día él cumplirá inevitablemente la profecía de Edipo: matará a su padre y se acostará con su madre.

La segunda historia es la de Nakata, un anciano que a los 9 años fue presa de un evento paranormal y perdió ciertas capacidades intelectuales, pero que a cambio recibió el don de hablar con los gatos.   

10-2-13-cp-gato-negroLas historias se entrelazan cuando una noche, por razones de fuerza mayor, Nakata asesina en Tokio al padre de Tamura. Esa misma noche, Kafka Tamura, que para ese entonces ya se encuentra lejos de Tokio, despierta en la autopista con las manos llenas de sangre, como si acabara de cometer un crimen. El siniestro vínculo, entre el adolescente de 15 años y el anciano que habla con los gatos, crece a medida que la trama avanza, aunque Murakami jamás deja claro que los dos seres son el mismo, sabemos que Nakata tiene una sombra más liviana, como si la mitad que le faltara perteneciera a Kafka Tamura. En esta misma novela hay otro personaje misterioso: la señora Saeki, una mujer de 45 años que parece ser la madre del adolescente. Kafka Tamura se enamora de ella, y una noche la mujer se aparece en su cuarto, sin embargo, no es precisamente ella, sino la señora Saeki de 16 años; a pesar de ser un espectro, Tamura puede tener relaciones sexuales con ella, y así la profecía se cumple.

En Sputnik mi amor (1999), Sumire, la protagonista de 22 años, se enamora de Myu, una mujer mayor que ella. A lo largo de la trama descubrimos que Myu tuvo una experiencia que transformó su vida: a los 25 años subió a una noria y se quedó varada arriba, sin que nadie pudiera rescatarla; pasó toda la noche allí. Al principio pensó que sería una experiencia más, pero pronto descubrió que no sería así. Desde arriba, Myu pudo ver su apartamento con la luz encendida, poco después vio a una mujer que caminaba de un lado a otro, no tardó en descubrir que se trataba de sí misma. Desde la rueda moscovita, Myu vio como un hombre, de aproximadamente 50 años, tenía relaciones sexuales con su otro yo, en su apartamento. A partir de esa noche, su cabello se tiñó de blanco y su personalidad cambió radicalmente, como si su verdadero yo se hubiera ido a otro mundo, y su sombra se hubiera quedado en este.

En Crónica del pájaro que da cuerda al mundo (1994), el protagonista, Toru Okada, recibe llamadas telefónicas de una mujer desconocida. Días después, Kumiko, su esposa, desaparece sin dar explicación. A lo largo de la trama, varias mujeres pasan por la vida de Okada, quien, tras seguir distintas pistas, va a buscar a Kumiko en una habitación de hotel a la que se llega por medio de un  profundo pozo. A medida que la historia se desarrolla, sospechamos que la mujer de las llamadas telefónicas tiene un fuerte vínculo con la propia Kumiko.

El misterio es como el deseo: se acaba cuando se resuelve. Sabemos que para que exista la magia, nunca se debe abrir la caja... Sin embargo, creo que esta no era precisamente la sensación que tenía al leer el final de estos libros; tal vez mi vena occidental me llevaba a buscar una explicación lógica. Después de seguir las historias con interés para descubrir qué había atrás de ese velo, me daba la sensación de que la incógnita seguía intacta, sin ni siquiera una pista. Como si en los primeros capítulos sembrara una serie de misterios que en las páginas finales jamás se cosechaban. En Kafka en la orilla seguía esperando que Nakata y Kafka Tamura se encontrasen, si no es físicamente, de alguna otra manera, pero eso jamás sucede. En Crónica del pájaro que da cuerda al mundo me pasó lo mismo: después de leer casi mil páginas en las que las mujeres de los sueños aparecen encarnadas y los pozos conducen a una dimensión secreta, no se llega a concluir nada... Parece que el misterio que Murakami trata, le supera, es tan grande que llega un punto en el que él mismo no lo puede manejar. Sin embargo, al leer 1Q84, da la sensación de que al fin, el puzzle se completa.

En 1Q84 (2009-2010), el destino de Tengo y Aomame se une provocando la existencia de un mundo llamado 1Q84.

Fukaeri, una chica de 17 años, escribe ‘La crisálida de aire’, un texto que  esconde un profundo misterio. Sin embargo, no reúne las cualidades literarias como para ser publicado. Tengo Kawana es contratado para hacer una reescritura de esta obra y presentarla a un concurso. Al reescribir el texto sucede algo inesperado: la historia contada por Fukaeri, más la fuerza de las palabras de Tengo, hacen que la realidad se transforme para siempre. Sin darse cuenta, Aomame habita el mundo que ha nacido como aparente resultado del relato escrito por Fukaeri y Tengo.

‘La crisálida de aire’ cuenta la historia de la propia Fukaeri, quien a los diez años, vivió en una comunidad llamada Vanguardia. En una ocasión la castigaron encerrándola durante días en un cuarto oscuro, acompañada únicamente por una cabra muerta. Una noche, Fukaeri ve cómo la Little People sale de la boca de la cabra. La Little People son seres pequeños que habitan en el corazón del bosque. Aunque Murakami nunca lo dice literalmente, sugiere que estos pequeños seres controlan el destino de los seres humanos. La Little People teje, junto a Fukaeri, una crisálida hecha de filamentos de aire. Cuando la crisálida está lista, algo nace de ella. Fukaeri se acerca con miedo para ver qué hay dentro, entonces, descubre que quien duerme dentro de los tejidos de aire, es ella misma.   

Si bien en novelas anteriores Murakami ya había tocado este tema, quizás esta sea la primera vez que con mayor fuerza y precisión habla sobre el origen de los seres míticos, los seres duales. Estos personajes dobles, que comparten su existencia con su gemelo sombrío, habitando mundos a los que se puede llegar por medio de un pozo, adentrándose en el bosque o descendiendo por las escaleras de emergencia de la autopista Metropolitana, pertenecen a la sombra de los personajes "reales". Como si el inconsciente pudiera materializarse creando seres de sombra, que a pesar de vivir en una dimensión diferente, están unidos a los reales de forma real.

Aunque para estos misterios es mejor no encontrar explicación, después de leer la historia de las crisálidas de aire, es inevitable hacerse estas preguntas: El otro yo de Myu, ¿nació de otra crisálida de aire construida por la Little People?, la mujer que habla con Okada, ¿nació de otra crisálida también?

Hay otro dato interesante, y todos los que hayan leído 1Q84 y Crónica del pájaro… sabrán a lo que me refiero. En 1Q84, aparece de nuevo un personaje de Crónica del pájaro..., se trata de Ushikawa, el misterioso mensajero de las sombras... Aunque Murakami escribió primero Crónica del pájaro... en la lógica de la ficción, este personaje aparecería primero en 1Q84. Este es un guiño de ojo que el escritor japonés nos hace para darnos una pista importante: los personajes de las dos novelas comparten el mismo mundo, son presa de la misma transformación... no es coincidencial que el clímax de 1Q84 se dé en septiembre de ese año, y es en ese mismo mes y en ese mismo año, donde arranca la novela Crónica del pájaro...

Obviamente, estas solamente son conjeturas que me permito hacer después de haber sido presa de una fiebre Murakami. Creo que encontrarle un sentido lógico no es lo primordial, pues la magia de este escritor no radica en la fantasía, sino en el misterio de los seres humanos de carne y hueso. Después de leer todos estos libros, y de preguntarme mil veces qué es una crisálida de aire, qué es la Little People y por qué los gatos hablan, me di cuenta de que "el misterio" es mucho más sencillo de lo que parece. Es mucho más sencillo pero, a la vez, complejo y profundo: lo que mueve esa magia no es algo paranormal, sino el deseo. En Murakami la metáfora funciona al revés: "¿qué clase de realidad imita una metáfora?", se pregunta Tengo Kawana, en 1Q84, al descubrir en el cielo las dos lunas que él mismo había descrito en un libro. No es lo supernatural lo que transforma a los personajes, es el deseo que vive en ellos lo que transforma la realidad, provocando desastres naturales, hecatombes, mundos nuevos.

"En este mundo no existe nada que no salga de los adentros de uno", dice uno de los personajes de 1Q84, y ese es el secreto en la obra de Murakami, pues, si queremos encontrar una explicación occidental y coherente, nos vamos a dar con la piedra en los dientes, pero si nos damos cuenta de que la magia es algo que sale de adentro para alterar la realidad, vamos a tener más pistas. Sin embargo, esto no quiere decir que las dos lunas no puedan existir de verdad, lo que él plantea es que estas cosas pasan realmente, pero como resultado de un fuerte movimiento interior. La creación se vuelve materia cuando el deseo es tan grande.

Al principio de la trilogía 1Q84, hay una cita que dice:
 
“Its a Barnum and Bailey world
Just as phony as it can be
But it wouldnt be make-believe
If you believed in me”.

Un mundo falso, absurdo, que de repente adquiere sentido porque un ser humano cree en otro. Es por esto que el misterio más grande en 1Q84 no es la Little People, ni la extraña agrupación, ni siquiera las crisálidas de aire que reproducen a los seres humanos. Todos estos misterios se desatan porque a los 10 años, Tengo y Aomame se dieron la mano muy fuertemente, y mientras lo hacían, Aomame miró la luna. Eso bastó para que un mundo llamado 1Q84 tuviera lugar, para que la Little People saliera del bosque a crear crisálidas de aire.... y, por qué no, para que Kumiko huyera a un lugar lejano y Kafka Tamura fuera en busca de su destino. Murakami es un romántico, un romántico en todo el sentido de la palabra, que, como Heinrich von Ofterdingen, es capaz de traer las flores azules de los sueños a la tierra.

Porque cuando se dispara desde el corazón, aunque el revólver sea imaginario, la sangre será real.

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