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Testimonio

H-I-N-O-S-T-R-O-Z-A: en manos del destino

H-I-N-O-S-T-R-O-Z-A: en manos del destino
28 de noviembre de 2016 - 00:00 - Varios colaboradores

A Rodolfo Hinostroza se lo recuerda como un sujeto nómada, móvil y de su tiempo: tanto la Revolución cubana como la de mayo del 68 fueron eventos que trastocaron su forma de mirar y entender el mundo.

El poeta peruano escribió poesía, cuentos, novelas, ensayos, obras de teatro, guiones para televisión, crónicas, artículos periodísticos y crítica gastronómica con el mismo empeño y elevado nivel. Pero además de ser un incansable viajero de la tierra, le interesaba lo que estaba por fuera del alcance de sus pies y de sus manos, el universo.

Cuando participó en las jornadas de Mayo del 68, donde se exaltaban las formas de conocimiento no racionales, él se vio interesado en investigar culturas alternativas a través del I-Ching y la astrología.

“La poesía de Hinostroza se aleja del entusiasmo por utopías modernizadoras como el socialismo y el capitalismo, y se identifica con una utopía que podríamos llamar, con todo derecho, posmoderna por su descreimiento de las grandes narrativas modernizadoras y de los sistemas que coartan la libertad individual”, recuerda el escritor peruano José Antonio Mazzotti, desde Boston, quien, junto con los autores Andrea Cabel, Marco Martos, Mario Montalbetti y Magdalena Chocano, realiza a continuación un mapa biográfico de Rodolfo Hinostroza a través de testimonios, revelaciones de los gustos del autor y lecturas críticas sobre su obra, considerada una de las más relevantes de América Latina.

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Andrea Cabel, desde Pittsburgh:

Andrea Cabel (Lima, 1982) es poeta y estudió Literatura Hispánica en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).

A los 19 años, en el patio de Letras de la Universidad San Marcos, Rodolfo Hinostroza se encontró con el gran César Calvo y le pidió consejo sobre qué hacer: él estaba inscrito en Medicina, una carrera que no le apasionaba, pero que complacía a su madre. Le preguntó si era posible dedicarse a las dos cosas, a la poesía y a la Medicina. Calvo le dijo que era necesario dejarlo todo para entregarse a la poesía, pues esta no aceptaba migajas de nadie. Fue en esa conversación que Calvo le dijo a Rodolfo esta frase que él repetía con una vehemencia que a todos los que la escuchábamos nos retumbaba: “Ser poeta es ponerse en manos del destino”. 

Rodolfo se puso en manos del destino y el destino lo llevó a deslizarse por las palabras, a vivir a través de ellas. Vivió en París y viajó por todo el mundo, de ahí que haya apoyado fervientemente que su hijo menor, mi amigo, Ruy, haya viajado por Europa solo de la mano de sus instrumentos musicales. Rodolfo era un hombre de mundo, de un mundo ancho y ajeno, como él lo sabía bien y no tenía problema en enfrentarlo.

Marco Martos, desde Lima:

Marco Martos (Piura, 1942) es un escritor peruano, considerado una de los principales figuras de la Generación del 60 en la poesía local.

De otro lado, creo —como lo decía hace décadas Leo Spitzer— que en todo escritor de fuste ya en su juventud literaria podemos encontrar las líneas matrices de su producción. En el caso de Hinostroza, el encanto de la infancia que coincide con una escritura diáfana es de los comienzos y de su edad madura. Y hay un tema, el de la  familia, en especial el padre, que atraviesa toda su producción, aparece en la poesía y en los escritos de ficción. Este asunto se conecta con el del poder. Es en la joven adultez, cuando Hinostroza escribe el poema ‘Imitación de Propercio’, en el que es simbólico el enfrentamiento del individuo con el poder del Estado. Los últimos poemas que escribe vuelven al tema familiar, pero el poeta —convertido simbólicamente en su propio padre— es generoso con su padre biológico, con el que tantos enfrentamientos tuvo en su vida (…). Hinostroza no es novedoso en el tema, pero ilustra como un manual, en toda su vida y sus escritos, la relación de afecto intenso con el padre en la infancia, de separación en la adultez y de reconciliación definitiva cuando descienden los poderes del padre. Como Mario Vargas Llosa, vivió la separación de los padres, se quedó al lado de la madre. Desde el punto de vista literario, estos avatares, esencia de la vida, los supo expresar con intensidad y hondura, como lo hicieron en otro tiempo en la poesía peruana César Vallejo y Pablo Guevara.

José Antonio Mazzotti, desde Boston:

José Antonio Mazzotti (Lima, 1961) es un poeta peruano. Logró el primer puesto en los Juegos Florales Túpac Amaru.

La búsqueda personal de Rodolfo Hinostroza se encuentra íntimamente ligada a los grandes acontecimientos históricos de Occidente en los años sesenta. Como un joven peruano curioso y con talento busca nuevas fuentes para salir de la provincia nacional y alimentar su visión del mundo y su experiencia, lo que indudablemente redundará en beneficio de su poesía.

Es así como pasa por Cuba y, aunque se adhiere al fervor de ese momento, siente un desencanto temprano que lo lleva a alejarse de ese gran proyecto modernizador, el socialismo, para muchos una superación efectiva y moralmente superior al capitalismo. O, al menos, se desencanta del tipo de socialismo comprometido con la guerrilla, con la que no comulga. Pero logra conocer la bohemia cubana del momento y aprender de la vitalidad de una juventud que veía venir y estaba construyendo cambios trascendentales en la isla caribeña.

En este caso parecería que Hinostroza se apartaba de la utopía socialista para abrazar la utopía de la explosión de los sentidos y la exploración individual a través de distintos estados de conciencia.

Regresa al Perú por pocos años y luego parte a Europa. Con su viaje a Francia y su participación en las jornadas obreras y estudiantiles de Mayo del 68 reafirma esa utopía “hippie”, exaltando la libertad sexual, el uso de las drogas y formas de conocimiento no racionales, lo que lo lleva a investigar culturas alternativas a través del I-Ching y la astrología. Por lo tanto, si bien la poesía de Rodolfo Hinostroza se aleja del entusiasmo por utopías modernizadoras como el socialismo y el capitalismo (sobre todo en su expresión tibiamente reformista como la Alianza para el Progreso) se identifica con una utopía que podríamos llamar con todo derecho posmoderna, por su descreimiento de las grandes narrativas modernizadoras y de los sistemas que coartan la libertad individual. Paradójicamente, quizá haya pocos poetas tan utópicos en la poesía latinoamericana como Rodolfo Hinostroza.

Mario Montalbetti, desde Lima

Mario Montalbetti (Lima, 1959) es un lingüista y poeta peruano. Estudió Literatura en la Universidad Católica de Perú.

Cualquier obra se nutre, en mayor o menor medida, de las tensiones ideológicas particulares de la formación histórica a la que pertenece, así como de circunstancias personales muy puntuales. Eso le pasó a Safo, a Homero, a Li Po y eso le pasó también a Hinostroza para quien tanto la Revolución cubana como la de Mayo del 68 fueron eventos cruciales. El que podamos seguir apreciando las obras mucho tiempo después de que tales tensiones/circunstancias hayan sido recorridas habla de lo bien hechas que estuvieron esas obras. En el caso de Hinostroza, hay tres obras que creo que sobrevivirán a su tiempo: Consejero del lobo, Contra Natura, y yo agregaría el poema largo ‘Nudo borromeo’.

Marco Martos, desde Lima:

Contra Natura se publicó en pleno auge del debate final entre capitalismo y comunismo, tal como los conocemos hasta ahora. El mayo francés de 1968 dio la sensación final y equivocada de que algo nuevo estaba por ocurrir, la caída del capitalismo. Hinostroza mismo en este libro es víctima de esta ilusión y cree, según lo escribe en un poema,  que el capitalismo está a punto de caer. Pero eso no es lo más importante del libro, sino más bien, al contrario, el reclamo de los derechos del individuo frente al Estado, cualquier Estado, como en ‘Imitación de Propercio’. Reclama, como lo hizo en la Roma antigua Cayo Valerio Catulo, la libertad del individuo frente al poder; como Sloterdijk en En el mismo barco, libro aparecido en alemán, en 1993, lo que nos está diciendo en la entrelínea es que las ideologías, todas, son máscaras de la realidad.

Magdalena Chocano, desde Lima:

Magdalena Chocano (Lima, 1957) es una poeta y traductora peruana. Estudió historia en la Pontificia Universidad Católica del Perú.

Leo y escucho los poemas sin pensar mucho en una tradición, este es un término casi aplastante y creo que tengo que dejarlo aparte para hablar de poesía o de un poema. En concreto, en ‘Gambito de rey’, uno de los poemas de Contra Natura, ocurre que la partida es esencial, no se pueden obviar los movimientos del juego, ni la notación ajedrecística; quien quiera leer el poema al margen de esto lo puede hacer, pero no sé si sería justo con el trabajo del poeta.

El jugador comienza esforzándose por seguir el gran estilo del ajedrez romántico, pero luego opta por un movimiento distinto que le complica la partida, que lo lleva a la incertidumbre, al error y al descubrimiento. Esa imbricación entre el lenguaje del juego y el juego de las palabras hace de este poema algo especial.

Este poema despliega diversos tiempos, el del ajedrez, el de la muerte, el de la nostalgia; el tiempo histórico que sea como ciclo, prehistoria o apocalipsis se recrea en la casi desaparición del jugador, en el infinito, lo inerte, lo iterativo, pero son dimensiones posibles, no obligatorias ni predictivas, ni necesariamente humanas.

Hasta cierto punto todo ya ha ocurrido (incluso el futuro) y a la vez todo puede ocurrir. Se presentan también paradojas, que algunos encontrarían barrocas, por ejemplo: lo que acelera la fuerza de las cosas es “la quieta barbarie de los tuyos”. Y hay incluso una voz que nos recuerda que siempre se puede volver a jugar…

Mario Montalbetti, desde Lima:

El 60 peruano tuvo dos puntos de referencia claves: Antonio Cisneros y Rodolfo Hinostroza. Mientras que Cisneros escribió desde el centro de la lengua, Hinostroza lo hizo desde sus márgenes. Con eso quiero decir lo siguiente: Hinostroza fue mucho más experimental que Cisneros.

Parte de esos experimentos incluye buscar formas de expresión fuera de la palabra tradicional. Ahí aparecen los signos del zodiaco, por ejemplo, que corresponden a una preocupación continua de Hinostroza, los horóscopos.

José Antonio Mazzotti, desde Boston:

Presentes sin duda Saint-John Perse en Consejero del lobo (1965) y Ezra Pound en Contra Natura (1971), sus dos grandes libros de poesía. El ritmo de Consejero del lobo es sumamente meditativo, con visos filosóficos, pero fuertemente anclado en la historia como repetición o representación de acontecimientos pasados.

Un poema como ‘Horacio’, por ejemplo, sobre la crisis de los misiles de 1962, es un excelente ejemplo de cómo la guerra entre los romanos del mundo clásico prefigura los conflictos de la guerra fría en el siglo XX.

Esa manipulación de la temporalidad le da un carácter complejo y trascendental, que obliga al lector a detenerse en cada poema más de una vez. Por su lado, Contra Natura tiene un ritmo más lúdico, incluso en el nivel de los símbolos y signos empleados, que viene desde la astrología hasta los ideogramas chinos. Esta proliferación de signos es una de las lecciones aprendidas de los Cantos de Ezra Pound, pero no debe pensarse por ello que el libro carece de originalidad. Por lo contrario, Hinostroza despliega una imaginería sumamente personal, la de un verdadero “tallador de diamantes”, para usar una de las metáforas del mismo libro. La poesía de Hinostroza es de una maestría excepcional.

Andrea Cabel, desde Pittsburgh:

Rodolfo no solo fue un amigo querido mío, sino que fue un poeta especial para mí. Un maestro del que podía aprender a cocinar, a entender las estrellas, a leer los poemas como si fueran constelaciones, un maestro con el que podía sincerarme y decirle ‘no sé realmente si sirvo para esto’. O un maestro con el que podía compartir el silencio muchas veces. Porque claro, a Rodolfo le gustaba estar con amigos, en reuniones, en celebraciones, pero también le gustaba el silencio y su espacio, su soledad.

Mi relación con Rodolfo siempre fue amable y estuvo mediada por los astros. Quiero decir, a los dos nos interesa mucho el tema de las estrellas, y de la influencia que estas tienen en nuestras vidas. No hablo de los horóscopos, hablo de cosas más profundas. Pero claro, si queremos verlo de un modo más práctico, los dos éramos escorpio y compartíamos algunos de esos detalles.

Rodolfo me comentaba que él escribía cuando lo visitaban las musas, cuando llegaba la inspiración. Entonces le dictaban el poema y él lo que hacía era comenzar a darle forma, a “traducirlo”. Me decía, con justa razón, que este trabajo no era fácil, ni feliz, que muchas veces se sufría y era extenuante seguir el ritmo de las palabras que le llegaban.

Marco Martos, desde Lima:

Sin duda Hinostroza fue para la poesía peruana un poeta atrevido que, además, tuvo la aspiración de practicar todos los géneros: poesía, cuento, novela, teatro, crónica. Hay pocos ejemplos en todas las literaturas de esta voluntad omnívora.

En el caso del Perú solo estos escritores: Vallejo, Arguedas, Salazar Bondy, Vargas Llosa, Hinostroza. Cada uno de ellos  destaca más en el género que los ha hecho más conocidos. Vallejo e Hinostroza son fundamentalmente poetas, Arguedas y Vargas Llosa, novelistas, y Salazar Bondy, dramaturgo. Aprecié mucho a Hinostroza y respondí con frecuencia a sus preguntas sobre ajedrez, actividad a la que me dediqué con pasión muchos años. A cambio, él me ilustraba sobre asuntos de horóscopos, en los que él era un experto y yo mismo un escéptico radical. Hablamos mucho sobre psicoanálisis, disciplina, técnica y percepción del mundo que me interesa mucho.

Sus puntos de vista heterodoxos pueden hallarse en su libro Aprendizaje de la limpieza. Nunca vi a Rodolfo participar a viva voz en ningún debate, pero sí escribía de modo intermitente sobre asuntos de interés político o literario. Particularmente sobre las guerrillas de 1965. Aunque este tema dejó de ser central para el conjunto de la población, no lo fue para Rodolfo y cada cierto tiempo decía algo que otros no compartíamos necesariamente, por ejemplo lo que decía sobre Javier Heraud, que no estaba preparado físicamente para ser combatiente.

Andrea Cabel, desde Pittsburgh:

Fue muy interesante cuando me contó sobre cómo aceptó hacer una guía de viajes, si no me equivoco, la Guía de Viajes a México. Lo mandaron para allá y él se las arregló para conocer la ciudad y elaborar una guía para los viajeros. Uno de sus comentarios al final de la anécdota fue que su ascendente, sagitario, le permitía hacer este tipo de cosas, acostumbrarse rápidamente a cualquier cambio y sacarle el máximo provecho.

José Antonio Mazzotti, desde Boston:

Hizo del conversacionalismo un lenguaje complejo, culto, hasta predecesor del neobarroco. Ensayó ritmos inéditos y estructuras dramáticas en la poesía. Sin la obra de Hinostroza sería difícil entender la poesía hispanoamericana de las décadas siguientes.

Marco Martos, desde Lima:

Creo que es un exceso, normal, de otro lado, porque cada corriente busca sus antecesores, que los poetas llamados neobarrocos,  o sus comentadores, encuentren en Hinostroza un antecedente. Solo por el afán de búsqueda Hinostroza coincide con ellos. Si hay que buscar antecesores de esta poesía reciente en términos históricos, en la poesía peruana hay dos buenos ejemplos, incontrastables, Martín Adán y Carlos Germán Belli.

Mario Montalbetti, desde Lima:

Hinostroza era un maestro en la construcción del ritmo, de los ritmos del poema. Los poemas, sobre todo los largos, se construyen en relación a una viada que les es estructural. Esa viada crece y decrece como la marea y permite armar el sentido del texto. El poema que he mencionado, ‘Nudo borromeo’, es un gran ejemplo de ello.  Técnicamente, Hinostroza es imbatible y por eso, un poeta para poetas.

Andrea Cabel, desde Pittsburgh:

Su poesía irrumpe, como un torbellino en medio de una sala. Su poesía ensordece no por su sonido sino por su velocidad, es una poesía que te obliga a estar con el poeta al mismo paso, o a uno más adelante, porque si no te pierdes. Es como si te guiara para bailar, y te estuviese llevando; si no sigues los pasos, te pierdes y le pisas el pie, o te tropiezas, pero cuando le sigues el ritmo y te dejas llevar, puedes ser parte del diseño de una arquitectura hermosa.

Magdalena Chocano, desde Lima:

Uno disfruta leyendo muchos de sus poemas y eso es un gran logro.

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