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¿Acaso no lo sabes? Gonzo es la palabra

¿Acaso no lo sabes? Gonzo es la palabra
24 de febrero de 2013 - 00:00

La siguiente no es una reseña ni una crítica de cine, ni siquiera una opinión, un comentario o un análisis, simplemente una exposición sobre el padre y principal exponente del periodismo gonzo (un estilo de reporteo, subgénero del Nuevo Periodismo, que plantea un acercamiento directo al objeto -la noticia-, llegando hasta el punto de influir en ella, y volviendo al periodista en parte importante de la historia, como un actor más), Hunter S. Thompson. Ya se lo conoció en una de las películas menos reconocidas del ex miembro del grupo británico de comedia Monty Python y genial director de todo lo estrambótico y estrafalario, Terry Gilliam, “Miedo y asco en Las Vegas” (también título de uno de dos libros de Hunter S. Thompson publicados por entregas en la revista Rolling Stone), pero bajo el nombre de Raoul Duke e interpretado por Johnny Depp. Al parecer el actor quedó fascinado con este escritor y periodista, ya que ha sido el narrador del documental “Gonzo: The Life and Work of Dr. Hunter S. Thompson” y recientemente, en 2010, el protagonista de la adaptación cinematográfica de la primera novela del padre del periodismo gonzo, Paul Kemp, de “The Rum Diary”.

Esa pequeña película acaba de llegar a las salas comerciales  de cine de Ecuador pasando prácticamente desapercibida, menos entre los conocedores del séptimo arte y uno que otro fanático de la psicodelia más cautivante que pueda haber, la vida misma. En momentos cinematográficos, “The Rum Diary” resulta más densa y narcotizante que “Miedo y asco en Las Vegas”, porque en ella se revela a Paul Kemp, un escritor fallido que aún no encuentra su propia voz y que llega al hotel Xanadú, de Puerto Rico, contratado luego de ser el único aplicante a un trabajo de planta en el decadente y moribundo diario San Juan Star, al parecer una versión joven y sobria de Hunter S. Thompson que tuvo un recorrido similar en su trayectoria profesional. En 1960, Thompson se mudó a San Juan, Puerto Rico, para trabajar en la revista deportiva El Sportivo, la cual no duró mucho. Un parentésis…

A mi parecer solo existía una tríada perfecta de películas críticas sobre los medios de comunicación, la inefable “Network” para televisión, la semiautobiográfica y totalmente tosca “Private Parts” para la radio y, qué otra si no, la lenta y aburrida, pero sumamente interesante “All  the President’s men” para periódicos y periodismo de investigación. Craso error, hay que sumar a la lista “The Rum Diary”.

Kemp, en palabras de su editor en Puerto Rico, es en un momento la energía, la sangre nueva que se requiere para salvar al San Juan Star de su rápida espiral en descenso hacia las puertas del infierno y el total y completo olvido de sus lectores; y en otro instante, todo lo que está mal con el periodismo, por lo que está precisamente allí en Puerto Rico trabajando para ese diario y no para otro medio de comunicación.  Difícil dilema, pero un deleite audiovisual para el que presencia cómo lo resuelve en la gran pantalla Johnny Depp en su rol de Kemp. Sin embargo, le arrebata el protagonismo y total dominio psicodélico de “The Rum Diary” el personaje secundario Moberg, corresponsal de asuntos policiales y religiosos del San Juan Star, interpretado con facilidad y maestría por el actor perdido en acción desde hace muchos años Giovanni Ribisi. En medio de peleas de gallos, una playa privada, un fraude inmobiliario para transformar una cercana isla paradisíaca -al momento ocupada por una base militar estadounidense- en un magnífico hotel con todos los lujos y comodidades del primer mundo, la sempiterna presencia de una fémina que gusta de bañarse desnuda y prometida del inflado relacionista público que contrata a Kemp para suavizar la noticia del fraude inmobiliario, además de las entrañables locuras de Moberg y la decadencia de los últimos días laborables en el San Juan Star, transcurren las descabelladas e inconexas aventuras y desventuras de Kemp, como su afición al licor y su trabajo como responsable de los horóscopos que publica su diario.

Con un Johnny Depp, actor fetiche de Tim Burton y nada extraño a la psicodelia y la locura envasada en 35 gloriosos mm de celuloide, el Kemp de “The Rum Diary” nos remite mucho a filmes como “What’s Eating Gilbert Grape”, “Ed Wood”, “Don Juan DeMarco”, “Dead Man” y “Secret Window”, todos protagonizados por el mismo Depp, y a la juventud de su actor protagonista cuando no pasaba de ser otro chico malo de Hollywood junto con River Phoenix y otros rondando el recordado club The Viper Room. El filme basado en el escrito de Hunter S. Thompson, y por supuesto parte en su estrafalaria vida, no es una película vistosa, no es exuberante, no es tan grandiosa como el libro del que proviene y, ciertamente, carece de coherencia como todo lo que proviene del periodismo gonzo; además, deja un sabor agridulce en la aparente victoria pírrica que, según las letras finales, dicen que constituyó el paso de Kemp por Puerto Rico. Pero el cambio a Puerto Rico le permitió a Thompson viajar al Caribe y Sudamérica, escribiendo como freelance para distintos medios del continente. Según dice, Kemp llegó a Nueva York donde se casó con Chenault, la fémina que gusta de bañarse desnuda y prometida del inflado relacionista público que contrata a Kemp para suavizar la noticia del fraude inmobiliario, además de ponerse a todos los responsables de las injusticias, a quienes denominó “bastardos” con la voz que encontró para expresarse en el periodismo.

24-02-13-cartonpiedra-directorPara pensar: “Oscar Wilde una vez dijo: ‘Hoy en día, la gente sabe el precio de todo y el valor de nada’”, “Me pregunto qué es lo que podrías pensar de nuestros diferentes mundos. Me miró en un modo como de lado y dijo: ‘Los seres humanos son las únicas creaturas en la Tierra que reclaman un dios, y los únicos seres vivientes que se comportan como si no tuvieran uno. ¿Acaso el mundo no le pertenece a nadie más que ustedes?’. Y cuando él lo dijo, me retrotraje. No por quien estaba hablando. Sino porque finalmente entendí la conexión entre los niños escarbando la basura por comida, y las brillantes y plateadas placas en las puertas principales de los bancos”, “¿Por qué tenía ella que pasar? Justo cuando me iba tan bien sin ella”, “¡Tu lengua es como una menudencia acusatoria!”, “No hay tal cosa como un liberal. Un liberal es un comunista con educación universitaria pensando pensamientos de negro” y “Este país fue construido sobre el genocidio y la esclavitud. Matamos a todos los sujetos negros aquí y luego importamos nuestros  propios nuevos sujetos negros”.  

El periodismo gonzo suele imprimir más importancia al contexto que al texto, es decir, da preponderancia al ambiente en que ocurre tal hecho, por sobre el hecho mismo. Hunter S. Thompson, nacido en Louisville, Kentucky, Thompson creció en el “Triángulo Cherokee”, un barrio histórico de las zonas altas de la ciudad, y estudió secundaria en el colegio masculino de Louisville. Johnny Depp nació en Owensboro, Kentucky, el 9 de junio de 1963.

El 19 de mayo de 1963, Hunter S. Thompson se casó con su novia de siempre, Sandra Dawn Conklin (luego conocida como Sandra Conklin Thompson, y posteriormente Sondi Wright), después de diecinueve años juntos y diecisiete casados, Hunter y Sondi se divorciaron en 1980; los dos siguieron siendo amigos hasta la muerte de Hunter en 2005. En “The Rum Diary” la historia de Kemp se da en 1960 y en las letras impuestas sobre la toma final del filme dice que al volver a Nueva York, Kemp se casó con Chenault, quien en el filme dice ser nativa de Connecticut. También es posible encontrar puntos en común entre el periodismo gonzo con el movimiento beat y la escritura libre y desinhibida de Jack Kerouac, personaje a quien Johnny Depp interpreta en la serie documental para televisión “American Masters”, específicamente en el episodio “The Source: The Story of the Beats and  the Beat Generation” producido en 1999. Considerando lo visto tanto en “The Rum Diary” como en “Miedo y asco en Las Vegas”, se reconfirma que el trato mucho más crudo, la apología al alcoholismo y las drogas y el ya mencionado “estilo particular” de redacción de Thompson, hacen del periodismo gonzo un género propio, que incluía tanto trabajo periodístico como una “imagen a lo gonzo”, a imitación de Thompson, y que cultivarían otros autores, como Lester Bangs y P.J. O’Rourke.

“The Rum Diary” no es una buena película, es una excusa de retrato audiovisual de una obra literaria-periodística que no es ni una ni la otra cosa, ya que fue escrita como novela por el propio Hunter S. Thompson, a quien su realización está dedicada. Lo que está detrás de esta pequeña película es lo que debe interesar a cualquier cinéfilo o a quien tenga la suerte de apreciarla. El sentido, los signos y símbolos que desbordan en cada fotograma, en cada secuencia, toma y plano concebido por el director y guionista Bruce Robinson, es lo que debe importar. No más, no menos.

Aunque para muchos el consumo de sustancias es la pieza clave del periodismo gonzo, autores como Lester Bangs criticaron en su momento esta práctica, por considerarla después de cierto tiempo agotada y hasta cliché. Ese es el problema en “The Rum Diary”, el retrato del supuesto alcoholismo de Kemp es muy débil y el uso de la llamada droga más poderosa del mundo, suministrada a Kemp y al fotógrafo Sala del San Juan Star por el delirante, aquejado por la cirrosis y la sífilis Moburg es demasiado elocuente en sus consecuencias, pero muy flojo en cuanto a su representación visual. No hay que olvidar que antes de “The Rum Diary” y “Miedo y asco en Las Vegas” ya existió el filme “Where the Buffalo Roam” (1980) con Bill Murray como Hunter S. Thompson y Peter Boyle como su abogado Óscar Acosta, conocido en la película como “Lazlo”; sin embargo, ese filme no agradó al verdadero Thompson y de hecho, una de las claves para entender la narrativa de Hunter S. Thompson es el uso a destajo de cuanta droga fuese posible encontrar. ¿?

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