Publicidad

Comparto la expresión, que es del pueblo, glosada por Raúl Torres, de la Nueva Trova cubana, quien acusa a Obama, de haber desatado “una tormenta de mentiras”, al declarar “emergencia nacional”, dizque porque Venezuela “es una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y política exterior de EE.UU.”.
Ya lo había previsto Simón Bolívar en los tiempos de la primera independencia del imperio de turno: “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miseria en nombre de la libertad”, premonición que se ha venido cumpliendo.
Solo que ahora, en los tiempos de la segunda y definitiva independencia, esta vez del imperio gringo, el asunto es a otro precio, con una América Latina y del Caribe que se enfrenta solidaria a esos devaneos imperiales que alimenta la doctrina Monroe.
No parece que Obama haya aprendido la lección que el pueblo cubano le ha dado al gobierno gringo durante más de cincuenta años, aunque ha tenido que cambiar recientemente de estrategia, derrotado.
También Venezuela será un quebradero de cabeza, en el que lo ha metido la oposición del gobierno bolivariano; se enfrenta a un pueblo empoderado y a un gobierno antiimperialista, defensor de su soberanía.
Las investigaciones de historiógrafos dejarán al descubierto las calumnias, engaños y desinformación, en la que se basa Obama para las guerras blandas que adelanta, siguiendo la tradición de sus antecesores.
Ante la velada amenaza de un ataque militar, Venezuela se prepara valientemente, y encuentra solidaridad por todo el mundo, sea en Rusia, China, Unasur, Alba, Celac, y en infinidad de movimientos sociales, como la Federación Mundial de las Juventudes Democráticas.
Evo Morales llega hasta exigir a Obama que pida perdón por su insolencia, asegurando que “es una amenaza no solamente a Venezuela, sino a América Latina y a la democracia”.
Destaco la carta a Obama, de prestantes miembros del movimiento de la Teología de la Liberación, donde expresan su apoyo hacia la Revolución Bolivariana y rechazan los ataques contra Venezuela.
También subrayo, como un acierto del presidente Maduro, proclamar que el Gobierno y el pueblo venezolano seguirán caminos de paz ante nuevas agresiones por parte de la derecha local y del Gobierno de EE.UU., al que tiende la mano para un diálogo serio.
¿Qué espera el presidente ‘Nobel de la Paz’ para ocuparse de los ingentes problemas que esperan urgente solución en su país? Ignora las numerosas víctimas por violaciones de los derechos humanos, a la vez que promueve el modo de producción capitalista destructor de la naturaleza, como es la hidrofractura para extraer petróleo y las perforaciones de gas natural, que están contaminando el agua, entre los muchos daños al ambiente que afectan a la humanidad.
Asimismo, está en mora de preocuparse por la continua amenaza que su protegido Gobierno de Israel representa para el pueblo palestino, y por los crímenes de guerra que comete, particularmente en Gaza, de los que es corresponsable.